Palabra de PPK
Podrá parecer un manido recurso periodístico, pero teníamos en mente otros renglones. Total, la semana que pasó da –como de costumbre– para muchos temas en esta pobre viña peruana del Señor. Sin embargo, en lo político hay tiempo, por lo menos, hasta el 12 de julio para avizorar cómo vendrá la campaña electoral sea ésta para el 2026 o antes. Dicho esto, vamos a los nuevos borrones.
No sabemos cuántos hayan podido leer o conocer la entrevista dominical a PPK publicada en otro medio. La verdad, ella no tiene desperdicio y el ex Presidente no deja títere con cabeza incluyendo la suya ya que después del triste desenlace de su gobierno y transido aún por el interminable vía crucis judicial que padece acaba la misma pidiéndole perdón a su esposa “por el lío en que la metí y que nos ha arruinado la vida”. Y vaya cómo.
PPK, desde su soledad, dice verdades como un puño de las que escogemos algunas que, si se entiende el mensaje, pueden ayudar a mejorar el sombrío presente nacional y evitar si es posible un igual o peor futuro próximo. Al Alcalde Metropolitano –“Porky” para más señas– le recomienda dedicarse a las obras prometidas, dejar de pelearse con los organismos internacionales y de perder los arbitrajes y la plata pública; sobre las eventuales candidaturas presidenciales del excarcelado criminal Antauro Humala o del padre sino la hija Fujimori, advierte al electorado si es que no tenemos algo mejor y que se está perdiendo la brújula ciudadana (bueno, sobre esto hace rato); en cuanto al Ministerio Público que hay que hacer una limpieza institucional y de la dupla fiscal a cargo del caso Lava Jato afirma no conocer al coordinador Vela y piensa que el tal Pérez “es un escándalo para el Perú” (visto lo visto, creemos que se queda corto); tampoco se salva el cuestionado Gustavo Gorriti aunque PPK es generoso mencionando que le dijo al más cuestionable Soros, su padrino y factótum internacional, que apostaba “por gente equivocada”. Cierra la lista, cómo no, con Vizcarra, Keiko y el ex primer mandatario Toledo. Al primero lo califica lapidariamente de mendaz (y eso que tiene muchas más tachas); a la segunda de fregar al Perú y que le falta pedirle perdón y de confesarse (lo mínimo), y al último que lo quiere “pero la cagaste, Hermano” (ídem).
PPK, lleva siete años investigado y sin que hasta estas líneas la absurda acusación fiscal en su contra por encabezar una organización criminal (¿con su Secretaria y el Chofer?) pueda pasar siquiera el control judicial. Con su patrimonio embargado o arruinado por la incuria del Estado; con su esposa lejos por el riesgo que pende sobre ella, PPK concluye describiéndose a sí mismo y por qué no a las taras que ahora también enferman al país en estos términos: “Porque soy gringo, intelectual, represento a una élite económica, aunque no tengo un dólar hoy. Es envidia, celo, resentimiento. Los fiscales sí viven como pachás, con autos de lujo, propiedades por todos lados. Eso se tendrá que investigar”. Se puede o no estar de acuerdo con él, pero su caso avergüenza a la Justicia. ¡AMÉN!
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