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Para vivir en pareja es necesario establecer reglas

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Fecha Publicación: 10/07/2024 - 22:10
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Para estar bien con alguien hace falta estar bien con uno mismo, tener un cierto equilibrio psicológico es la clave. Enamorarse es decirle a alguien “no entiendo la vida sin ti, eres parte fundamental de mi proyecto”, por eso, enamorarse es tener hipotecada la cabeza y necesitar a esa persona, por lo tanto, el enamoramiento consiste en abrir la intimidad a alguien, enseñarle nuestras vidas y milagros y al mismo tiempo que el otro le abra las puertas, por todo eso, el amor hay que trabajarlo a base de detalles pequeños positivos, es decir, intercambio de conductas gratificantes, que refuerzan ese amor, en consecuencia, cuidar esos pormenores hace que el amor no tenga fecha de caducidad, se mantiene con admiración, respeto y consensualidad.

No sacar la lista de los agravios del pasado, es importante, no traer al primer plano el repertorio de reproches, ese inventario de anécdotas negativas que en momento de tensión asoman, piden paso y tienen un efecto negativo, demoledor, la colección de recuerdos negativos hay que tenerlos en un cajón bajo llave, debemos tener en cuenta, que ser capaz de superar las heridas del pasado significa buena inteligencia emocional, el amor se perfecciona con el perdón muchas veces en algunas circunstancias y en otras no.

Es fundamental evitar discusiones innecesarias, en las parejas que funcionan bien casi no se discute y en los desacuerdos se dicen cosas fuertes y muchas veces las discrepancias no son importantes, pero se produce un enganche, la obstinación aparece y se genera una competición dialéctica en donde aparecen cosas de ahora y otras de atrás, e incluso heridas ya cerradas. Rara vez de una fuerte discusión sale la verdad, pues suele servir más de desahogo y catarsis, quejas, acusaciones, agresiones verbales, en que la razón deja paso a la pasión y, a la larga, no se olvidan esas palabras duras, que dejan una huella dolorosa y un sabor a derrota.

Algo que es importante es conseguir habilidades en la comunicación interpersonal, aprendiendo a dialogar con respeto y eficacia, este es un terreno que hay que cultivar con esmero, cuidando el lenguaje verbal y no verbal, adquiriendo el don de la oportunidad para plantear un problema o algo complicado sabiendo buscar el momento más adecuado. No hay nada más complejo que la convivencia en pareja, no hay nada que tenga tantas vertientes, matices y laderas donde uno puede resbalar y tener problemas, roces o enfrentamientos, por eso, una buena formación hace que el edificio matrimonial no se tambalee.

Hay que alcanzar una sexualidad positiva, es el lenguaje de un amor comprometido, es un idioma intimo que requiere encontrar sus claves para que ambos sepan disfrutar. La sexualidad es un termómetro que mide muchos ingredientes de la vida conyugal, hay comunicación hay un proyecto de vida en común, la capacidad para superar las dificultades de la vida ordinaria, la alegría de sacar adelante a la familia y un crecimiento equilibrado de los dos con el paso de los años. Las relaciones íntimas desempeñan un papel importante y el hecho que funcionen bien es fruto de aprendizajes sucesivo, de acuerdos y acercamientos. Es la entrega total, se trata de integrar la sexualidad a ese programa en común. Es una gran sinfonía con cuatro grandes partituras, física, psicológica, cultural y espiritual. La ternura es el ungüento del amor, evitar todo lo que suene a monotonía y la sexualidad marchará sola, sin problema.

Hay que saber manejar la voluntad, inteligencia y sentimientos, compartiendo una espiritualidad vivida, se mezcla lo humano y divino, se trata de una filosofía común, un sentido de la vida fuerte que a la larga va a ser un cemento de unión de esa pareja ante los avatares de la vida, evitar hora y días sin hablarse, combatir la tendencia de corregir al cónyuge.

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