Paradigmas post cuarentena
Generalmente los domingos en casa, pasado el desayuno, nos quedamos haciendo sobremesa. Esta costumbre la tenemos desde que tengo uso de razón, los temas son muy variados, siempre tomando como ejes de la conversación las actividades de cada uno, cómo nos fue en la semana, entre otros temas que ayudan a alargar las tertulias familiares. Cada vez que estamos cerca a elecciones presidenciales, o posterior a hechos de trascendencia nacional o mundial, mi padre suele empezar la conversación con un tono sensacionalista, tratando de explicar cómo ve él lo que se viene para el país. Se convierte en ese momento en un analítico de realidad nacional inigualable (en cierta forma es divertido). Me atrevería a decir que lo que vivimos en casa es muy similar a lo que se da en muchos hogares de nuestro país, solemos sacar conclusiones o plantear escenarios con base en lo que creemos que ocurrirá, o lo que escuchamos en grupos de amigos o familiares; la etapa post cuarentena es motivo de especulación de todas maneras. Por un lado se escucha que “es el mejor momento para comprar”, y creemos que esto aplica a todo; en contraparte, otros hablan de que “es el peor momento para vender”; creo que el análisis debe ser un poco más profundo y sustentado.
Más allá de la fiebre de venta de mascarillas, trajes espaciales y demás artículos de protección contra el covid, creo que no nos hemos preocupado en ver mejor qué y cómo vender. Para empezar, los mercados no se han anulado, han cambiado, que es diferente; por ejemplo, los restaurantes están guiando toda su oferta a modalidad delivery o recojo en tienda, lo que ha implicado para ellos un cambio logístico importante y, en su mayoría, trabajar por canales virtuales. Otro servicio que ha sufrido una transformación importante es el educativo, han tenido también que redirigir su oferta a plataformas digitales y algunos viendo de llevar la educación a casa con todas las medidas de seguridad correspondientes; esto inevitablemente también ha generado impacto en los ingresos de los empresarios de estos sectores, lo cual obliga a un reordenamiento de gastos de cada uno.
Lo importante es entender que situaciones de cambios extremos nos obliga a replantearnos escenarios, a buscar cambios, pero no podemos quedarnos especulando de que nadie va a comprar o que es mal momento para vender. Sin importar la industria, todos debemos reinventarnos, ¡de esta situación vamos a escapar! Pero depende enteramente de nuestra capacidad de reinvención y de salir a enfrentar la situación y no quedarnos asumiendo en que todo está mal. Buena semana para todos.