Parálisis emocional

La mente humana puede quedar paralizada, por las experiencias vividas, que marcan la vida, perennizan en el espacio, tiempo y persona, que no permiten avanzar en la evolución de la vida y, muchas veces, las personas no están preparadas para afrontarlas y en algunos casos requiere de otras personas que les faciliten las herramientas necesarias para seguir adelante.

La ruptura de una relación amorosa de data de muchos años, que se convirtió en una relación interdependiente, porque compartían todo, momentos agradables, difíciles, intereses comunes, que, por la necesidad del trabajo de uno de ellos, tuvieron que tomar la decisión de salir al exterior, que en un principio decidieron ir juntos, pero las diferentes obligaciones de cada uno de ellos, uno tuvo que quedarse en su país de origen y el otro volar al extranjero. En un principio, supieron manejar la separación con la misma ilusión, amor, cariño, que los unía, pero el tiempo es el mejor termómetro para seguir o alejarse de las relaciones. En el caso en comento, la distancia dio origen a la ruptura de la relación. No siempre las lejanías deciden la separación de la pareja, existe otras circunstancias, que, en un principio, las personas no son conscientes, pero con el tiempo se dieron cuenta que en esa relación faltaba algo, que no les permitía continuar juntos, descubrieron que la relación se había hecho una costumbre, que resultó más fuerte que el amor, pero le pusieron un final a la relación.

La más afectada fue la mujer, que se había programado toda su vida al lado de su pareja y nunca se puso en el escenario de que la relación en algún momento de la vida podía terminar, esa situación trajo muchas consecuencias personales, familiares, laborales y sociales, como el aislamiento, limitó su vida social, perdió la fe en el amor que, con el tiempo, se dio cuenta que el problema no es el amor sino la pareja, que muchas veces el ser humano deja de conocer al otro en toda su expresión, quizás algo falló en la relación que pasó desapercibida y con el distanciamiento se activó esa carencia de afecto, que le faltaba a la pareja y que le sobraba a ella, pero como eran tan dependientes entre sí, no se activó la alarma para abordar ese vacío de falta de afecto.

Con el tiempo, ella se dio cuenta que las emociones y sentimientos la habían paralizado emocionalmente, que no le permitía razonar con objetividad y empezar a comprender que la vida humana como relación tiene un comienzo y un final, que todo no es perfecto, que los seres humanos cambian, porque las circunstancias de la vida aparecen de esa manera, la persona no las busca, se presenta, que el tiempo de una relación no marca el camino de la felicidad, simplemente se interpreta equivocadamente. Muchas parejas están unidas por mucho tiempo y es el ejemplo de las parejas felices, empero cuando llegan a su casa, cada uno ingresa a su dormitorio y se despiden con un saludo, “hasta mañana”.

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