Participación política del ex presidente Alberto Fujimori

Han movido el escenario político las recientes declaraciones de Keiko Fujimori, lideresa del partido político Fuerza Popular, que fue fundado en marzo de 2010 y que ha participado en cuatro procesos de elecciones generales, según las cuales su padre, el líder histórico y fundador del Fujimorismo como alternativa política en el país, el ingeniero Alberto Fujimori, podría ser no solo activo militante del partido sino candidato –incluso presidencial- en las próximas elecciones generales. Con ello se corroboran declaraciones en medios y redes sociales por parte del propio ex presidente, respecto de su voluntad de activar políticamente.

Como todo tema político, esta información es susceptible de generar posiciones divergentes, incluso con aristas jurídicas, lo que es propio de su naturaleza opinable. No cabe apenarse ni menos asustarse de que un tema opinable genere controversia; cabe eso sí, exigir y contribuir a que las divergencias y los debates se planteen civilizadamente, es decir con respeto de una u otra posición, teniendo siempre presente que hay pasos, tiempos y procedimientos que la ley establece para la participación política de los ciudadanos a través de organizaciones políticas y, asimismo, autoridades llamadas a determinar y hacer viables esos derechos, obviamente respetándolos y motivando sus decisiones con apego a la normativa jurídica.

En los próximos meses se irá materializando la expresada voluntad de participación política del ingeniero Alberto Fujimori y en ese lapso deben cumplirse aquellos supuesto a los que me refiero en el párrafo que antecede, a lo que se añade la recuperación de su salud luego de un lamentable accidente sufrido en su domicilio y que ha requerido que sea intervenido quirúrgicamente, lo que sin duda significa una complicación en su ya existente condición de salud.

Sin embargo, tirios y troyanos, es decir todos los peruanos medianamente informados, simpatizantes o no del ex mandatario, conocemos la  firme determinación y compromiso con la viabilidad del Perú como Estado-Nación del ex presidente y confiamos que estos atributos ayudarán a que él recupere pronta y cabalmente su salud física.

Mientras tanto, solo cabe saludar con entusiasmo su anunciada disposición a  activar políticamente, recordando que no solo ha sido perseguido y sentenciado penalmente sin ninguna prueba, sino que, objetivamente, es el mejor presidente en la historia republicana peruana, rescatando al país de la quiebra económica, institucional y social en la que se encontraba a julio de 1990, que logró neutralizar y detener la criminal agresión que las bandas terroristas habían desatado contra el Perú y los peruanos y también  reconstruir y modernizar su aparato productivo.

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