Pasión y fuga de Juan Silva
Por Ángela Ccanto Buendía
Durante los años noventa fuimos gobernados por un gobierno corrupto de orígenes nipones. Saben a qué me refiero. En los inicios del siglo 21, los novedosos años 2000, fuimos gobernados por otro corrupto gobierno de orígenes andinos: el pueblo vio a su salvador Inca. Decepcionados, optamos por el regreso a la derecha capitalista con la elección de tres gobiernos, también con diversos casos de corrupción.
Nos permitimos dejar atrás a ese gigantesco grupo de peruanos que seguía buscando un representante. Sin embargo, algo que ese gran grupo está soslayando es que en su gobierno también hay corrupción, grande y torpe. A eso sumemos la incapacidad para definir si el país avanza o no. Es la receta perfecta para destruir al país.
Ahora bien, ¿qué titular podemos generar a raíz que uno de los corruptos de este gobierno ha fugado en los ojos y cara del Ministerio del Interior, nuestra Policía Nacional, y el jefe del grupo, Pedro Castillo? ¿El gobierno tiene idea del ridículo que genera, al decirnos que Juan Silva fue vigilado, pero ya no está, se esfumó? ¿Quién le aviso a Silva sobre la orden de detención en su contra?
Juan Silva es un hombre tan importante para este gobierno, que esta semana y la siguiente la agenda de gobierno será: “Operación Juan Silva, no más pobres en un país rico”. El Ministerio del Interior ha servido de seguridad a las espaldas de Juan Silva y le ha permitido burlarse de todos los peruanos.
Pablo Sánchez Velarde, fiscal de la Nación, había citado a Juan Silva para que realice una declaración como investigado por los supuestos delitos de colusión y organización criminal hace tres días; pero el exministro jamás llegó a la cita. Juan Silva no acepta que la Fiscalía de la Nación lo acusara por los delitos que ya son materia de investigación. Su caso es tan fuerte y aun así cuando sus conversaciones hayan sido por telegram, existen pruebas para buscar una condena.
Tanto el exministro Juan Silva como algunos congresistas de Acción Popular están investigados en el caso Puente Tarata - Provías Descentralizado. El exsecretario del Despacho Presidencial, Bruno Pacheco, también está prófugo y con orden de captura. Los sobrinos de Pedro Castillo, Fray Vásquez y Gian Marco Castillo, se encuentran en la misma situación. Estamos frente a todo un grupo familiar y de poder que tiene mucho por perder.
La tesis de la Fiscalía indica que Pedro Castillo sería el cabecilla de una organización criminal. Por el mismo, el Ministerio Público ha acusado a Keiko Fujimori, pero no hemos visto a los que se consideran la “reserva moral del país” indignarse, atacar y pedir cárcel para Juan Silva y todos los involucrados. Debemos defender nuestro país.
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