Patrimonio ministerial
La farsa o burla al país fue en varios actos. El primero, con la insólita carta de “puesta a disposición del cargo” que envió el inefable jefe del gabinete que, por lo menos, tiene saber que el cargo de cualquier ministro siempre está a disposición, lo que es una perogrullada y que, si de verdad se iba, lo que correspondía es la renuncia y a otro con el cuento. El segundo, fue el burdo show del ocupante de Palacio anunciando que convocaba a “todos” para conformar un gabinete de ancha base y a la que ningún demócrata y decente ciertamente acudiría. Corrieron nombres y puras bolas y bulos. El tercero, fue el anuncio del mismo ocupante que todo estaba presto para la juramentación. Otra tomadura de pelo. El cuarto, fue el infame tuit “presidencial” unas horas antes de la ceremonia palaciega señalando que no había “aceptado” la jugada del senil –por usar un eufemismo- premier y que igual se procedía a “oxigenar” parcialmente al Consejo de Ministros. El último acto, es decir la juramentación de los flamantes , confirmó que nada de ancho tendría el gabinete y sí de peor y hasta penoso.
En pocas palabras: se fue el medianamente aceptable canciller e ingresó en su reemplazo un internacionalista más por el oropel que pueda darle Torre Tagle que por convicción o valor –allá su discutible currículum-; en el MEF salió el menos cuestionado de todos y entró un otrora valioso tecnócrata hoy lamentablemente demacrado y sin la salud adecuada para lo que viene; el que estaba en Vivienda y demás pasó con sus cuestionamientos al sector Transportes y Comunicaciones y en el primero se inaugura un profesional apenas conocido y con ídem beneficio de la duda. Finalmente, y lo más reprochable, el majadero vocero oficioso del desgobierno castillejo deja los predios de Cultura más incultos y pasa a los de Trabajo y Promoción del Empleo donde resulta un peligro público para la alicaída reactivación económica y la infumable Betssy Chávez ya censurada por el Congreso en anterior gabinete reaparece dizque para promover la Cultura. Toda una burla para la Nación.
El apreciado general-congresista Roberto Chiabra acaba de declarar que la salida a esta profunda e insoportable crisis política debe ser constitucional. De acuerdo, es lo que los demócratas reclamamos, pero si los padres de la Patria se siguen demorando, ni la Constitución podrá salvarnos. ¡AMÉN!
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