PBI Potencial y Ciclos Económicos
Cuando un país tiene salarios reales estancados o en declive (salarios en soles ajustados a la inflación), una brecha creciente entre ricos y pobres, informalidad laboral y desempleo abierto creciente, disminución de la confianza pública y crecimiento exponencial de la deuda pública, estos indicadores sociales aparentemente dispares en realidad se relacionan entre sí dinámicamente y son indicadores de que algo anda mal y que aparecen cíclicamente a lo largo de los años. Históricamente, esos acontecimientos han servido como indicadores principales de una inminente inestabilidad política y que se han repetido como ciclos a lo largo de nuestra historia.
En nuestro país, todos estos factores comenzaron a dar un giro ominoso con la llegada al poder de Ollanta Humala y su juramentación por la Constitución de 1979 y su intención de cambiar el modelo económico consagrado en la Constitución de 1993. Los datos apuntan a los años alrededor de 2014 como el inicio de un ciclo de deterioro cuando se observa que la confluencia de estas tendencias desencadenó un aumento de la inestabilidad política a la que se sumó el pésimo manejo de la pandemia por parte de Vizcarra y el gobierno cleptocrático de Castillo.
Los ciclos económicos son intervalos de expansión seguidos de recesión en la actividad económica. Las fluctuaciones del ciclo económico generalmente se caracterizan por alzas (expansión) y caídas (recesión) en torno a una tendencia económica de largo plazo de la economía conocida como PBI potencial. Los episodios individuales de expansión/recesión ocurren con duración e intensidad cambiantes a lo largo del tiempo. Bruno Seminario en su monumental libro “El Desarrollo de la Economía Peruana en la era Moderna” hace un recuento de la recurrencia de estos ciclos en la economía peruana y debe ser de lectura obligatoria para los economistas peruanos.

El producto bruto interno potencial, o PBI potencial, es una medida de la producción de un país si estuviera operando a pleno empleo y utilizando todos sus recursos sin generar presiones inflacionarias o desequilibrios económicos. La diferencia entre el PBI real y el PBI potencial de un país se conoce como la brecha de producción (“output gap”). Esta brecha es causada por la existencia de ineficiencias, como la inflación, el desempleo y las regulaciones gubernamentales, que obstaculizan los niveles de producción.
La evolución de esta brecha expresada como porcentaje del PBI potencial se le conoce como ciclo económico de corto plazo. Cuando la brecha es positiva se dice que existen presiones inflacionarias debido a que existe mas demanda que oferta. Cuando la brecha es negativa se dice que la economía está en una periodo recesivo. Los bancos centrales tratan de minimizar estas brechas a lo largo del tiempo. La evolución de esta brecha a lo largo del tiempo se le conoce como ciclo económico de corto plazo.

¿Por qué es importante diferenciar los ciclos económicos de corto plazo de los ciclos de largo plazo? La Macroeconomía se define como el estudio de estos ciclos. Para los ciclos de corto plazo se aplica la teoría del manejo de la demanda agregada cuya escuela mas difundida es la keynesiana que postula que las fluctuaciones del ciclo económico de corto plazo se pueden minimizar con políticas fiscales “contra cíclicas”. Escuelas mas recientes como la escuela monetarista y sus variantes postulan el uso de la política monetaria para “estabilizar” las fluctuaciones de corto plazo. Existen controversias entre estas dos escuelas pero lo mas aceptado es que una combinación de políticas monetarias y fiscales, coordinadas entre sí, es lo más acertado para la estabilización de los ciclos económicos de corto plazo.
En el Gráfico 2, se presenta la evolución de la brecha de producción expresada como porcentaje del PBI potencial para el periodo 1950-2022. Observamos que, exceptuando el año de la pandemia, el manejo de la política monetaria y fiscal para controlar el ciclo económico de corto plazo ha sido aceptable en comparación con lo ocurrido en el periodo de los 80-92. La independencia del Banco Central consagrada en la Constitución de 1993 ha sido clave en este logro. La volatilidad del ciclo económico ha sido reducida, tanto en su amplitud como en su duración.

EL ciclo de largo plazo no depende las políticas monetarias del BCRP o de las medidas contra cíclicas de corto plazo del MEF, dependen de la actitud del gobierno frente alas necesidades de contar con infraestructura adecuada , educación, salud, flexibilidad laboral y sobre todo estabilidad jurídica para la inversión privada. Lamentablemente en ese campo los últimos gobiernos no han hecho nada. Nuestras autoridades tienen la palabra. (El contenido de esta columna se puede consultar en http://www.prediceperu.com/).
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.