ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Pedro Castillo es un cadáver político

Imagen
Fecha Publicación: 06/04/2022 - 23:00
Escucha esta nota

Un inconstitucional decreto, firmado por el aún presidente Castillo, desató el blitzkrieg popular que finalmente acabará echándolo de palacio de gobierno. Castillo languidece, sumido en el más absoluto abandono del respaldo ciudadano y envuelto en un mar de corrupción. Además de cargar sobre sus hombros con, hasta el momento, cinco vidas segadas. Y las gravísimas consecuencias adicionales derivadas de las paralizaciones nacionales que genera su terquedad, por negarse a renunciar. Por cierto, paralizar las actividades el martes 5 de abril solamente en Lima, ordenada con nocturnidad por este inepto político apellidado Castillo, le ha costado al país S/ 1,000 millones.

Sumémosle el costo diario de la paralización de actividades en el resto del territorio, por su tozudez de negarse a renunciar, y las pérdidas no bajan de bordear S/ 3,000 millones cada día. En plena crisis general, ¿estamos dispuestos a soportar tal perjuicio no sólo social y político, sino económico, permitiendo que Castillo siga aferrándose cual lapa al poder?

El martes, una multitud supernumeraria de ciudadanos de Lima le dijo ¡Basta! a Pedro Castillo Terrones. Frente al inconstitucional decreto que promulgó a media noche del lunes, la población capitalina decidió ejercer su derecho a la desobediencia ciudadana y, perdiéndole el respeto, ignoró olímpicamente su abusiva disposición de encerrar a 10 millones de personas sin la debida justificación; tan sólo aprovechándose en forma ilegal de un relegado decreto de urgencia referente, en exclusividad, al caso sanitario. Demostrando decisión y valentía, centenares de miles de pobladores irrumpieron a las calles y, sin convocatoria alguna, comenzaron a agruparse en espacios abiertos que fueron llenando en pocas horas.

Finalmente, pasado el mediodía una multitud jamás vista en el país iniciaba su marcha pacífica hacia la Plaza San Martín, la plaza Bolívar y la plaza de Armas. En ese instante, alrededor de doscientos mil ciudadanos sellaron la suerte del aún inquilino de palacio, espetándole ¡Fuera Castillo! Ese fue el vibrante, unánime clamor que aún reverbera por todo el país.

Hablamos de una brillante, categórica victoria de la ciudadanía capitalina que, pese a la inconstitucional prohibición que le impuso Castillo, se sublevó al régimen comunista marchando masivamente a lo largo de muchos kilómetros. Desde diferentes puntos de encuentro en múltiples distritos, hasta emplazarse en el centro de la capital. Una clara demostración de que ¡el pueblo triunfó! Y Pedro Castillo tuvo que tragarse un enorme sapo, comprobando que, sin temores, los pobladores habían ignorado su atrabiliario decreto. Aunque luego, mintiéndole una vez más al país, el aún mandatario dijo haber derogado el dispositivo. ¡No obstante, ayer El Peruano no publicó esa derogatoria! Por otro lado el Congreso nuevamente demostró ser una nulidad, invitando a un cadáver político apellidado Castillo para “resolver en conjunto la gravísima coyuntura del país”.

Castillo llegó, balbuceó tonterías y, temblando porque le avisaron que las marchas de peruanos indignados llegarían al Congreso, salió volando del recinto dejando plantada a su cándida presidenta. Un pueblo equivocado eligió a Castillo. ¡Hoy el mismo pueblo, ya desengañado, ha decidido sacar de la presidencia a este letal, tragicómico sujeto!

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitter Instagram, y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.