Peleas de cine

Sé calificar lo que es buen cine sin mirar los laureles o las sinopsis, también identificar cuando de un concurso o de las arcas estatales emergen obras que son propaganda ideológica o política. “Rojo profundo”, sobre Javier Diez Canseco se llevó 130 mil soles de un concurso estatal. El jurado parece no variar la línea del concurso. “Hugo Blanco, Río Profundo” se llevó 119 mil soles y aquí una página https://www.hugoblancofilm.com/ que dice algunas cosas: “El film es un díptico cortado por un hiato de luto en memoria de las decenas de miles de indígenas peruanos cuya sangre corrió en ríos cuando el sueño idealista de toda una generación se convirtió en pesadilla: el sueño de la ‘revolución armada’”.
Hugo Blanco, trotskista, agitador y asesino de policía, no la llevó difícil como Antauro Humala (veinte años preso litigando por un divorcio entre la causa y efecto de lo imputado). Blanco fue liberado al rato por Velasco. Ni Ollanta Humala.
Suman dos películas sobre Javier Heraud que se llevaron 290 mil soles. “La revolución y la tierra” se llevó casi 234 mil soles, sobre la reforma agraria de Velasco. La línea es la misma, el arte como propaganda. Con argumentos discutibles, sesgada, pero con dinero del Ministerio de Cultura. En 1975, la película “Allpa Kallpa” (fuerza de la tierra), casi un “justificativo” de la reforma por las injusticias que se exhiben, con el humor adyacente de Tulio Loza, fue financiada por una productora privada, Apurímac. Finalmente, cada uno hace lo que quiere con su plata, no con la mía.
¿Y ya que decir de la antiminera “Guardiana de la laguna”? No vamos a examinar la calidad de las películas, pero el ímpetu es producir y presentar cintas politizadas explícita o implícitamente. Algunas proyectadas en el centro cultural de la universidad a la que el católico y conservador Riva-Agüero testó una fortuna con el sueño del ideal católico universitario.
El Ministerio de Cultura no suma, mejor fuera el incentivo del mecenazgo cultural privado y el crowdfunding para lograr fondos en línea para proyectos de cintas independientes y con pretensión de arte cinematográfico. ¿Algún patronazgo que lo haga solo por arte?
Tener lauros no hace a una buena película, como “Leviatán”, de 2015, que ganó todos los premios y fue mediocre, y mal guion (no metan a Paul Auster en esto). Guárdense la falacia del premio. Me quedo solo con que parece propaganda.

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