Peligrosa indefinición

El tema del adelanto de elecciones generales sin respetar lo que la Constitución establece al respecto, se ha convertido en el núcleo de la agenda política, tanto en el Congreso como en el Ejecutivo quienes, dándose cuenta o no, están haciendo exactamente lo que la turba, manipulada, desinformada y comprada por cabecillas del terror que, como es su costumbre, se esconden en las sombras de la clandestinidad, les ha impuesto a costa de la famosa cuota de sangre de muchos peruanos a los cuales lanzaron como proyectiles humanos para destruir bienes públicos y privados, asesinar a policías, tomar carreteras para asfixiar la economía del país, dejar morir a enfermos cuyas ambulancias no podían pasar por las carreteras tomadas y ni siquiera respetaron la vida de parturientas o infantes moribundos, intentar la toma violenta e incendio de los principales aeropuertos en las principales ciudades, quemar comisarías e incendiar la casa de los opositores locales incluidas sus autoridades, bloquear la actividad minera con asaltos e incendios de campamentos, destruir los centros agroexportadores y generar zozobra urbana con el objetivo de paralizar la actividad industrial y comercial, entre otras muchas linduras.

Este escenario no es el de una protesta social sino de una criminal actividad para imponer una línea política con la ideología marxista leninista dentro del concepto narcochavista del llamado socialismo del siglo XXI.
Repetimos que estamos bajo ataque del chavismo, desde el plano internacional con declaraciones de presidentes y altos funcionarios de los países donde ese régimen tiene vigencia y desde el frente interno en donde tuvieron mucho tiempo para preparar y ejecutar esta asonada sediciosa.

Una pregunta que puede parecer tonta es: ¿cuál es la razón esencial por la cual tenemos que adelantar elecciones?
Entendemos que Castillo llegó al poder actuando dentro del marco constitucional, pero para destruir al Estado Democrático de Derecho desde el gobierno. Incurrió en una flagrante causal de vacancia prevista por la Constitución y fue válidamente vacado y encarcelado.

Asumió la presidencia la señora Boluarte en su condición de vicepresidenta en cumplimiento de las disposiciones constitucionales vigentes y, como tal, ella ya no encarna a los de su partido sino a la Nación que somos los 33 millones de peruanos que deseamos vivir en paz y con seguridad para desarrollar nuestro proyecto de vida, individual, familiar y social.

Los representantes del Congreso fueron elegidos también dentro del marco constitucional y están actuando conforme a las normas pertinentes.

Ahora bien, si el origen del Congreso y de la señora Boluarte es constitucional, ¿a título de qué estamos discutiendo un adelanto de elecciones solo para satisfacer al sedicioso actuar de agentes del narcochavismo que ha logrado manipular con éxito a un sector de la población?

Lo que ellos buscan es el poder con su pretendida asamblea constituyente y no les importa que ya, en las ciudades bloqueadas, la gente comienza a sentir hambre y no tienen trabajo. ¿No es hora de imponer el orden?

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