Peligrosísima infiltración terrorista en el Estado
Evidentemente, la Comisión de la Verdad –y esa red caviar que se ha apropiado de espacios estratégicos del Estado, como la Junta Nacional de Justicia (JNJ)– fueron instigadoras, tanto del excarcelamiento de mil o más de terroristas condenados por nuestra Justicia como de su posterior “reinserción en la sociedad”. Esto so pretexto de una falazmente “cumplida rehabilitación social”, por los pocos años de carcelería con que fueron premiados por ser de izquierda. Por “coincidencia”, el inefable Diego García Sayán estuvo encargado del ministerio de Justicia; luego anidó en la llamada Corte Interamericana de Derechos Humanos. Una eficiente tenaza caviar, a resultas de múltiples liberaciones a irredentos terroristas de una extrema izquierda asesina que, como veremos más adelante todavía se dedica a mantener vivo el espíritu y a adoctrinar la mente, incluso de niños.
Reiteramos. Jamás hubo siquiera el menor asomo de arrepentimiento por parte de alguno de esos sectarios, fanáticos y revolucionarios prisioneros, acostumbrados al fusil, la metralleta y la dinamita, quienes integraban la estructura terrorista sendero luminoso, y su cómplice el mrta. Gente que nunca cumplió la condena que le impuso la Justicia, gracias al padrinazgo político de García Sayán que, abusando del cargo que desempeñó para el régimen del primero de una serie de presidentes corruptos –hablamos del ex mandatario Alejandro Toledo– y apelando al motivo de los “derechos humanos”, demandó la excarcelación de más de mil terroristas, pisoteando en forma canallesca los derechos humanos de aquellas decenas de miles de muertos –civiles y militares– tan cruelmente ejecutados por esa gentuza, ilícita como cobardemente protegida por la izquierda caviar.
Hoy los peruanos sufrimos las consecuencias de tamaña vileza, de la que quedaron impunes García Sayán y sus cómplices, autores del enjuague para liberar incontables presos terroristas, justa y debidamente condenados. ¡Muchos de ellos inclusive a cadena perpetua! Por ejemplo sicarios y genocidas como un “profesor”, últimamente detenido, que adoctrinaba a auténticos infantes enseñándoles la mortífera doctrina senderista con el propósito de preparar futuros cuadros, con mentes fanáticas, para otra vez ensangrentar el Perú. Por cierto, tanto al interior del magisterio –contratados por el ministerio de Educación– como en diversos sectores de la actividad pública, pululan centenares de extremistas; repetimos, liberados gracias a García Sayán e infiltrados de cuanta actividad pública y privada pueda imaginarse. Ayer EXPRESO, citando al presidente del poder Judicial, informaba que en el sector Justicia “existen desde hace ya mucho tiempo unos 800 trabajadores senderistas”. ¡Probablemente, provengan del millar y pico de terroristas liberados por García Sayán! Terrucos que esperan el momento en que otro mesiánico, como el aludido “profesor” de párvulos, ice nuevamente la bandera de la guerra sanguinaria popular para matar, con sevicia, a quienes se opongan al totalitarismo genocida de la izquierda criolla. No basta pedir que intervenga la Policía Nacional para capturar a estos fanáticos leales a guzmán reinoso. ¡Falta que el Legislativo, la Fiscalía y la Judicatura se aboquen en esta tarea patriótica! ¡Y que el Estado no vuelva a hacerle caso a sujetos nefastos como García Sayán!
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