Pendientes en Salud 2023

En un país tan complejo, con tantas carencias y tantos conflictos, se hace difícil sentarse a planificar y hacer propuestas. Por eso olvidemos los conflictos por un momento para volver a los diagnósticos y las propuestas que son lo que ayuda a mejorar nuestro futuro y el de los más vulnerables.

Luego de la pandemia nos encontramos en pleno conocimiento de que el manejo de la salud no puede seguir siendo dejado de lado. Después de ver que alcanzamos casi la totalidad de la cobertura de la población peruana (98%) pero que la calidad de los servicios sigue siendo mala o ha empeorado, tenemos que hacer cambios que puedan hacer que la calidad del servicio mejore.

Hoy sabemos que la población se atiende inicialmente en centros de salud y postas, pero al no encontrar solución a sus problemas, termina yendo a los hospitales de tercer nivel, saturando las instalaciones hospitalarias. La situación de estos centros de primer nivel es lamentable, tenemos el 90% con infraestructura y equipamiento inadecuado, la mitad no tiene un médico, y están desarticulados. Por eso es indispensable no solo que mejoremos este primer nivel de atención, sino que implementemos las Redes Integradas de Salud para que trabajen de manera articulada.

La calidad de atención que se brinda a los pacientes es deficiente debido a que el presupuesto que se asigna nunca se incrementó a los niveles necesarios para que llegue a ser 6% del PBI nacional, el proyecto de Ley de Presupuesto del Sector Público para el Año 2023 contempla para salud S/ 24,769 millones, además el dinero asignado no se gasta eficientemente o no se ejecuta al 100% ni en gobierno nacional, ni en gobiernos regionales, ni en gobiernos locales.

En lo que refiere al abastecimiento tenemos continuamente una deficiencia en la compra de medicamentos y compra de dispositivos médicos. La población experimenta un desabastecimiento que la obliga a usar dinero de su bolsillo para poder resolver una situación de enfermedad. Hoy en día aproximadamente el 36% de la población se ve obligada a comprar medicamentos y dispositivos con dinero de su bolsillo porque no se lo entregan en los hospitales.

Tenemos que mejorar las formas de comprar, programar las compras de manera que cubra todas mis necesidades del año en un 90%, comprar los productos que sabemos que se necesitan de manera unificada cumpliendo con los pagos, sin poner trabas a las entregas de los productos en los almacenes de los hospitales, y por supuesto evitar la corrupción, que en salud mata.

Los cambios son difíciles porque hay muchos intereses públicos, políticos y privados, pero si hay voluntad podemos hacerlos. Que el espíritu de la Navidad los ilumine. ¡Felices Fiestas!

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