Pensiones en transición
La promulgación de la Ley N.º 32445, que habilita el retiro extraordinario y voluntario de hasta 4 UIT de las cuentas individuales de capitalización (CIC) para más de 8 millones de afiliados, coincidió con otro anuncio clave: la Resolución SBS N.º 03526-2025, que abre la puerta a un nuevo modelo previsional en el país. Por primera vez, bancos, cajas y aseguradoras podrán administrar fondos de pensiones bajo la figura de las Empresas Administradoras de Fondos (EAF), lo que marca un punto de inflexión en la historia del sistema.
Es comprensible que este cambio despierte inquietud. Sin embargo, conviene mirarlo con serenidad: no se está desmontando el sistema, se está ampliando el ecosistema. El principio del ahorro previsional se mantiene intacto. Las EAF deberán cumplir con rigurosas exigencias de solvencia, mantener separación patrimonial y documentar estrategias claras para evitar conflictos de interés. No se trata de una liberalización sin control, sino de una apertura responsable y con filtros estrictos.
Apertura regulada, confianza en construcción
Para las AFP respaldadas por bancos, aseguradoras o grupos económicos, esta transformación abre nuevas posibilidades. Algunas podrán convertirse en entidades híbridas; otras, en plataformas multiservicios. Este dinamismo puede traducirse en mejores comisiones, mayor innovación y una relación más cercana con los afiliados.
No obstante, los riesgos existen y no deben minimizarse. El principal es el potencial conflicto de interés: ¿qué ocurre cuando una misma entidad otorga créditos y, al mismo tiempo, administra pensiones? La norma exige medidas de mitigación, pero la verdadera prueba será la supervisión efectiva y constante.
En este nuevo escenario, también cambiará el comportamiento del afiliado. Habrá más movilidad previsional, más comparación y mayor exigencia. Las entidades que inviertan en educación financiera y transparencia serán las que logren consolidar reputación y confianza, el capital más valioso en cualquier sistema de pensiones.
Lo que se inicia hoy puede convertirse en una nueva narrativa previsional: más plural, más competitiva y, sobre todo, más ética. En ese proceso, las cámaras de comercio, los gremios y las instituciones regionales tenemos la responsabilidad de acompañar con pedagogía, vigilancia y compromiso.
Porque si algo debe prevalecer en todo sistema previsional, es la confianza: la que se construye con transparencia, se comunica con inteligencia y se hereda entre generaciones como un legado que honra el esfuerzo de cada trabajador peruano.
Por Óscar Zapata
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