Percy Chalco Moyna, peligroso para la Policía y la sociedad
La institución que debe hacer respetar las normas y saber interpretarlas es la Policía Nacional del Perú. Resulta difícil entender la racionalidad de una acción cuando nos encontramos bajo los efectos de las emociones violentas. Siempre he defendido que no podemos sentir pena ni consideración ante un delincuente al que no le importa matarnos o dejarnos lisiados para toda nuestra vida, por el simple objetivo de robarnos. Sin embargo, no podemos hacer justicia con nuestras propias manos. ¿Por qué? Vivimos en un Estado de Derecho que protege nuestros derechos y libertades, pero también las regula. Las libertades no son absolutas.
El fiscal César Armando Daga Rodríguez solicitó nueve meses de prisión preventiva en contra de Percy Chalco Moyna, miembro de la PNP, quien en un estado de descontrol y abuso de autoridad, asesinó a dos delincuentes que intentaron asaltarlo. El policía se defendió de forma inmediata, los delincuentes escaparon. El policía los persiguió, logrando asesinar a dos de ellos. Sin embargo, uno recibió dos impactos de bala; pero no estaba muerto. Chalco Moyna, preso de una absoluta arbitrariedad y fuera de la realidad, disparó a la cabeza del delincuente aún vivo. Las imágenes no mienten y las pueden hallar en cualquier red social. En la escena fueron encontrados diez casquillos de bala y todas pertenecían al oficial de la policía.
Este hombre -no merece llamarse policía- es el claro ejemplo del desconocimiento de la ley y la nula interpretación de la misma. Quizá jamás lo capacitaron para entender las extensiones y los límites de lo que ordena el código penal respecto al uso de la legítima defensa. Chalco Moyna es un peligro como policía y un peligro para la sociedad. Este mal elemento policial es el claro ejemplo de lo que la institución debe evitar por todos los medios. El accionar de Chalco Moyna ha desfigurado totalmente el verdadero motivo de la defensa propia. Estás habilitado y protegido jurídicamente para defenderte, pero no tienes la libertad para asesinar a una persona reducida y moribunda. Quien no controla sus impulsos, está destinado al fracaso.
La prisión preventiva está correctamente dictada. Sin embargo, hay dos argumentos que esgrimió el fiscal, Armando Daga, los cuales, desde mi perspectiva, no tienen fondo ni lógica dentro del marco de la legítima defensa. Para ello, he analizado las tres horas de audiencia de prisión preventiva.
Primero: el fiscal argumentó que el policía no presentaba ningún tipo de lesión y que goza de buena salud. ¿Esto es un argumento para negar una legítima defensa? Es decir, ¿una víctima de asalto debe ser herida para que la defensa de su vida o su propiedad privada sea legítima? Si tu vida está en peligro, la de un grupo de personas o tu propiedad privada, la defiendes ante un peligro inminente y no te vas a detener a preguntar si el ladrón tiene o no un arma.
Segundo: el fiscal argumenta que el único que realizó disparos fue el policía acusado de homicidio. ¿Tiene que existir un enfrentamiento entre delincuente y víctima para aprobar una legítima defensa? Si ves a un delincuente acercarse con intención de hacerte daño o con una actitud amenazante, lo primero que haces es sacar tu arma y defenderte. No esperas a que el delincuente te ataque con un arma blanca o de fuego para recién reaccionar.
Habrá una sentencia por homicidio simple, claro que sí. Al ser cumplida, la PNP debe separar a Percy Chalco Moyna de la institución y cuidar que estos hechos no vuelvan a ocurrir, porque solo deslegitiman el trabajo que realizan los policías responsables y con la preparación correcta. Siempre defenderé nuestro derecho a la legítima defensa; pero jamás avalaré el abuso de autoridad, porque así inician las dictaduras y el descalabro de un país que está muy lejos de ser una sociedad con personalidad. Y mucho menos una Nación.
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