Persona non grata (y más)
Acaba de concluir la primera legislatura del periodo parlamentario 2022-2023 que fue ampliada estirándola cual chicle varias veces, y el inefable Congreso igual ha sido incapaz de aprobar cualquier adelanto de elecciones generales y, mucho menos, siquiera una de las reforma político-electorales indispensables de cara a intentar sacar al país de la grave crisis en que se encuentra sumido. La verdad, los peruanos tenemos razones de sobra para creer que la supuesta mayoría demócrata que integra el Poder Legislativo nunca tuvo –ni tiene- verdadera convicción para esto y que los congresistas lo que pretenden es mantenerse apoltronados en sus curules hasta el 2026 si ello es posible en su mundo paralelo. Empero, lo que sí han hecho –además de otras cosas-, es conseguir pasar varias Mociones de Orden del Día declarando persona non grata por partida doble al impresentable Evo Morales –quien juega en pared en esto con el primer mandatario boliviano- y al presidente Petro de Colombia, quienes dentro del vecindario sudamericano vienen violando el Derecho Internacional entrometiéndose groseramente en los asuntos internos del Perú, falseando su realidad y perjudicando la relación bilateral.
Por lo menos, algo realizan los padres y madres de la patria, diría alguien, aunque no pase de ser un brindis al sol, ya que la atribución y competencia efectiva en materia diplomática la tiene la sucesora presidencial quien, constitucionalmente, dirige la política exterior y las relaciones internacionales del país. En cambio, bien harían nuestros representantes de la nación en ayudar a través de las Ligas Parlamentarias binacionales que tienen movilizando adecuadamente a la opinión pública extranjera sobre lo que en verdad ocurre en estos sufridos lares.
El que piense que el Perú no es hoy víctima del ataque artero y concertado de los regímenes del llamado Socialismo del Siglo XXI –nuevo ropaje del modelo gubernamental castro-chavista- está ciego y sordo o apuesta a que la nación caiga bajo estas garras. La amenaza es real y, por ende, hay que exigirle a doña Dina más firmeza y decisión ante esta escandalosa arremetida regional marxista. Las declaraciones desde el Parlamento no están mal pero sirven de poco ya que quien manda es el Ejecutivo que podría empezar por poner en su sitio al decrépito de AMLO y ejercer YA la presidencia de la Alianza del Pacífico como toca y corresponde y seguir luego con la expulsión del territorio nacional del probado agente subversivo “Gallo” Zamora disfrazado de embajador de Cuba. A la República del Perú se le respeta. ¿O no Torre Tagle? ¡AMÉN!
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