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Personas alegres
Es una actitud frente a la vida, no pensar en el pasado, ni en el futuro, vivir el presente como realización de los seres humanos, en espacio, tiempo y persona, siempre buscando la felicidad, es una vida lograda, obra de arte de los talentos que la persona posee, el sentido de la vida con los valores que nos perfeccionan, la felicidad es el amor, en cada uno de nosotros existe amor a los demás, a pesar de las circunstancias adversas somos felices, vivir en el presente, no arrastrarnos a la depresión y ansiedad del siglo XXI, porque nuestra mente y cuerpo no vive la realidad, se intoxica con cortisol que produce estrés, somatizando las cosas, como las alergias, cefaleas, náuseas, temblor en el cuerpo, escalofríos, sofocación, palpitaciones y, psicológicamente, la persona se vuelve irritable, no le apetece salir, se aísla, se vuelve temperamental, no soporta conversar, que no le digan nada, solo le interesa mirar el teléfono, sufren de cronopatía, la enfermedad del tiempo, las personas buscan relajarse a través de la pantalla.
Hay que evitar ser perfeccionista, es el eterno insatisfecho, las cosas deben salir a la perfección sin ningún defecto, de lo contrario se frustran y se ponen de mal carácter, hay que ser triunfadores, que son aquellos que disfrutan del trabajo y hacen sentir bien a las personas que le rodean, de pensamientos positivos con buena actitud frente a la vida, educando el cuerpo con ejercicios y la mente a través de la lectura, tener iniciativa, buscar las cosas que uno desea, no esperar que le toquen la puerta, no convertirse en una persona conformista, que no tiene un espíritu luchador, combativo, dispuesto a lograr los objetivos, apartarse de las personas tóxicas, que son los vampiros emocionales, que hay que mantenerlos a la distancia.
Muchas relaciones tóxicas, han convertido a las personas en amargadas, han dejado de ser alegres, porque les han hecho la vida imposible, siempre había un problema sin resolver en las personas tóxicas, eran dependientes, no resolvían por sí mismas las cosas, siempre encontraban un pero para las cosas, cómo me duele el cuerpo, hay que pagar la luz, el agua, el teléfono, internet, el colegio de los hijos, hay que hablar con los profesores sobre determinadas materias, hay que hacer el mercado, se ha acabado el pescado, el pollo, la carne, anda a recoger a mis padres, que van a venir almorzar, determinadas personas son así y no les gusta, no desean que vayan a la casa, todo es malo para esta clase de personas, al punto que llegan hasta el psiquiatra, que no son candidatos para la psicoterapia, cada uno mantiene su posición sin ceder en ningún aspecto, al punto, que el mejor consejo que les dio el médico es que se divorciaran y así sucedió.
Estas personas volvieron a ser alegres como lo eran antes, lo que había sucedido es que se mantenía una relación simbiótica, de dependencia y sentimientos de culpa, que hace actuar a estas personas como complacientes y que no las conduce a nada bueno, sino a la infelicidad y todo ser humano tiene el derecho de ser feliz, vivir una vida tranquila, en paz, en armonía consigo mismo y los demás, de respeto, consideración, nunca el ser humano debe perder su dignidad por ningún motivo o circunstancia, alimentar una buena autoestima, el concepto de uno mismo, respetar a las personas, aconsejar a las personas que se están conduciendo por un camino equivocado, poniendo en riesgo su estabilidad emocional, las consecuencias son fatales, algunos seres humanos buscan las compensaciones en el juego, la bebida, las drogas, las malas compañías, en lugar de tomar decisiones asertivas. Estas descripciones son casos de la vida real por eso la base de un cerebro sano, es el amor, la alegría y la bondad.