Perú... ¡Despierta!, Chile está en escena
Chile ha experimentado un cambio significativo que ha captado la atención de los inversionistas. Perú ya no es el único país atractivo en América Latina. La oposición a la nueva Constitución de Boric en Chile ha sido fuerte y exitosa. La elección del nuevo Consejo Constitucional, dominado por la derecha, ha fortalecido la estabilidad económica y el peso chileno se ha destacado como una moneda sólida. Aunque el deseo de una nueva constitución persiste, la mayoría republicana en Chile está brindando estabilidad para el futuro político y económico del país.
Las inversiones extranjeras en Chile se verán favorecidas por las políticas pro-mercado y la firmeza del pueblo chileno en sus demandas de estabilidad fiscal. Esto impulsa al país a legislar en favor de la competitividad, atraer inversiones y deshacer reformas socialistas. Chile busca restablecer la institucionalidad y generar un entorno propicio para la inversión. Sin embargo, esta situación contrasta con la situación en Perú, donde la falta de reformas adecuadas e institucionalidad afectan su atractivo para conseguir oportunidades de inversión.
En el Perú, necesitamos una reforma real del Estado para mejorar la institucionalidad y eficiencia en el servicio al ciudadano. Aunque se han otorgado las facultades legislativas al Ejecutivo por el Congreso en febrero, solo se han emitido 12 decretos legislativos para reactivar la economía y abordar algunos problemas estructurales del Estado.
Esta labor liderada por el MEF y la PCM se ha dado a cuentagotas y esta semana se publicaron tres leyes.
La premisa de los decretos legislativos se originó en agosto pasado, con Burneo a la cabeza del MEF y el golpista en Palacio. Se planteó una hoja de ruta para la Modernización del Estado hacia 2030, con el objetivo de lograr eficiencia y transparencia. Contreras, como viceministro y ahora ministro, siguió con la línea de trabajo de forma discreta.
El enfoque de la solicitud de facultades al Congreso se limitó en la actualización de la Ley Marco de Modernización del Estado, la revisión de regulaciones y la implementación de pilotos de modernización. Sin embargo, la solución no es únicamente buscar atajos o supervisión selectiva, porque olvidan considerar que el Estado creció en lo inservible con Castillo.
Las facultades legislativas buscan generar una belleza cosmética, pero son insuficientes para la necesidad real del Perú, que requiere competir por inversiones eficientemente. Todos lo sabemos, la mona que se viste de seda mona se queda, burocrática y elefantiásica.
Otárola y Contreras deben explicar el objetivo de la Modernización del Estado y solicitar nuevas facultades legislativas al Congreso para una verdadera reforma que promueva un ambiente proempresarial. El modelo a seguir lo dio Boloña en los 90, quien comunicaba a la ciudadanía las olas de reformas y logró hacer tres significativas. La primera ola produjo 60 decretos supremos que permitieron las privatizaciones.
La segunda ola incluyó 50 decretos legislativos para fomentar el empleo y flexibilizar el mercado laboral. La tercera ola hizo muchísimas normas más para seguir flexibilizando el mercado laboral. La reforma de Estado debe asegurar que cumpla su misión en el régimen económico, de acuerdo con el artículo 58° de la Constitución: “La iniciativa privada es libre. Se ejerce en una economía social de mercado. Bajo este régimen, el Estado orienta el desarrollo del país, y actúa principalmente en las áreas de promoción de empleo, salud, educación, seguridad, servicios públicos e infraestructura”.
El Gobierno peruano aún enfrenta desafíos en la defensa de sus valores y principios a favor de la libertad y el Estado de derecho. Sus obstáculos deben ser lecciones valiosas para comprender que la mejora radica en la reforma del Estado. Chile seguirá este camino y los peruanos también aspiramos a elevar nuestra perspectiva y avanzar hacia el crecimiento económico sostenible.
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