Perú en situación realmente explosiva
El Estado, propiedad de 32 millones de peruanos, es el botín que están disputándose el comunismo-senderismo y sus ex socios caviares. Hasta antes de la alianza Castillo Cerrón para aventurarse a capturar el poder mediante un operativo fraudulento –como fue el proceso electoral dirigido por la izquierda a través de un comunista presidente del JNE- fieles a su costumbres ambidiestras los caviares apadrinaban la candidatura del “profesor” chotano. Concluida la falaz mascarada electorera, las cosas empiezan a cambiar. Arrancan las disputas entre ambos bandos. Los rojos extremos utilizaron de Túpac Amaru a Castillo, exigiéndole integrar el consejo de ministros. La tensión duró semanas. Tanto así que la fecha del anunciado juramento ministerial las indecisiones forzaron a que el evento se retrasase pasada la medianoche. Con el puka Bellido de premier y la ausencia total de rojetes caviares en ese gabinete, la caviarada arrancaba su campaña desestabilizadora. No necesariamente contra el gabinete, sino contra el propio Castillo. ¿El objeto? Que entienda que ellos tienen el poder mediático, manejan a la Fiscal de la Nación y a la Policía. Vale decir, manipulan un poderosísimo aparato jurídico/político/mediático/policial, capaz de derrocar a Castillo en el momento que les convenga. Las fricciones continuaron, poniéndose cada vez más ásperas. Hasta que Castillo izó banderín blanco y acabó licenciando al “puka” Bellido.
En ese instante las cavernas caviares entendieron que Castillo había pasado a ser títere suyo. Entonces impusieron como premier a Mirtha Vásquez, biliosa antiminera y comunista redomada, aunque trajeada de modales buenistas, hipocritones y suaves, típicos de los caviares. Pero, por ejemplo, en el ministerio del Interior aparecía un tipo apellidado Barrenzuela. La escandalera surgida por culpa de este sujeto devino en serios problemas, y acabó finalmente con su reemplazo por Avelino Guilén, ícono caviar utilizado para condenar a cadena perpetua a Fujimori. Ese día, también, la mafia progre-caviar aumentaba sus decibeles y demandaba mayor cuota ministerial, a cambio de seguir apoyando a Pedro Castillo. O más claramente, como prebenda para no guerrear contra él. Pero Castillo. el contemporáneo Túpac Amaru, también soportaba presiones de Vladimir Cerrón, omnipotente dueño del partido Perú Libre. Este asimismo amenazaba desestabilizarlo si insistía en someterse al caviarismo. Finalmente el lunes Castillo anunció su pedido de renuncia a la premier Vásquez (según ella, renunció primero); consecuentemente del gabinete entero. Los caviares le saltaron a la yugular al aún presidente Castillo, mostrándole los colmillos en caso pierdan control del gobierno, a través de una nueva estructura de un gabinete adonde no mantuviesen puestos clave, como el premierato y ministerios fundamentales como Economía, Relaciones Exteriores, Interior, Defensa, Justicia. Hasta ayer por la tarde, permanecía latente este espinoso panorama para los peruanos, seis meses y medio después de que, desde Ayacucho, jurase Pedro Castillo a la presidencia.
Con esta suman cuatro las gravísimas coyunturas de peligro sociopolítico, económico, moral, todas por culpa de un inconsciente, inepto y mendaz presidente que administra temerariamente la vida y hacienda de 32 millones de peruanos. ¡Todo tiene un límite! ¡La nación está harta, indignada! ¡Vacancia ya, señores congresistas!
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