Perú: la Biafra latinoamericana
Acostumbrados como actúan poniendo siempre a la carreta delante de los caballos, los legisladores –si todavía cabe llamarles así– de este glorioso Parlamento peruano aprobaron una nueva repartija de fondos previsionales para que en, esta ocasión, los trabajadores gasten veintitantos mil soles en cualquier nadería.
Como si estos fondos fuesen un regalo; cuando provienen de su pensión jubilatoria de la que van a vivir –probablemente como su exclusiva fuente de ingreso– tan pronto alcancen la edad de la jubilación que, como todos conocemos, siempre llega mucho más pronto de lo que uno imagina.
Un nuevo carnaval de dispendios en medio de, quizá, una de las peores crisis socioeconómicas, financieras, políticas que conozca este país. Pero irresponsablemente, dejaron para una posterior oportunidad –si acaso ocurra– la indispensable reforma del sistema pensionario nacional, privado y público.
Por lo pronto, el estatal se encuentra en quiebra y el privado bastante maltrecho, víctima del populismo de sucesivos congresos que, apelando a la demagogia –a efectos de presentarse como buenistas y ganar las simpatías del ciudadano– se ha dedicado a malversar los fondos pensionarios privado/público, entregándoles anticipadamente como si fuesen dinero disponible, debilitando consecuentemente el sistema general pensionario en desmedro directo del trabajador.
Obviamente la iniciativa provino de las canteras izquierdistas, pletóricas del hiperpopulismo que las caracteriza. Sin embargo, los partidos o grupos políticos que aún abrigan algún sentido común se sumaron entusiasmados a hacerles el juego a todos los grupúsculos izquierdistas envueltos en el más extremo populismo, seguramente alucinando cobrar más adelante alguna cuota electorera.
Si bien hubo un intento por parte del congresista poniente de Fuerza Popular para someter a votación tanto la propuesta de entrega del dinero a cada trabajador como el compromiso unánime para reformar próximamente el sistema previsional, tamaña candidez no prosperó pues la izquierda votó SÍ por lo primero y NO por lo segundo. ¡Como era evidente! ¡Una vez más, los caballos delante de la carreta!
Consumado el hecho, el Banco Central de Reserva lanzó una severa advertencia sobre los posibles impactos negativos de semejante norma populista en el sistema financiero nacional, con secuelas directas en el alza de tasas de interés a largo plazo. Por cierto, esa medida generará mayores efectos negativos porque implica más desinversión de las AFP, principal inversionista dentro del sistema empresarial de economía de mercado, ya que esta entidad tendrá que desinvertir para distribuir efectivo entre los trabajadores/pensionistas, el mismo que no será aportado a algún nuevo emprendimiento, sino que irá directamente al gasto primario.
Lo que, aparte, se refleja en un eventual encarecimiento de los productos de primera necesidad por efectos de una mayor demanda.
En el Perú actual no existe conciencia nacional sobre nada, amable lector. El país se ha convertido en un auténtico zafarrancho, donde el día es noche y viceversa; donde al Estado no lo gobiernan las autoridades electas sino las oenegés; y donde el sentido común ha volado en pedazos por esta salvaje demagogia populista que, junto con la delincuencia criminal que amenaza al país entero, nos convertirá en la versión biafreña latinoamericana.
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