ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Perú Libre glorifica al genocida Nicolás Maduro

Imagen
Fecha Publicación: 11/01/2025 - 23:01
Escucha esta nota

El comunicado en apoyo a la juramentación de Nicolás Maduro para un tercer mandato consecutivo es una muestra evidente de cómo el lenguaje puede ser manipulado para justificar lo injustificable, por Vladimir Cerrón y los seguidores de Perú Libre. Presentado como un momento histórico de trascendencia continental, el texto no es más que una oda a un régimen criminal que ha provocado una de las crisis humanitarias más graves de nuestro tiempo.
Lo que se describe como “la reafirmación del pueblo venezolano en su proceso revolucionario” es, en realidad, un acto de propaganda que ignora las realidades que enfrentan millones de venezolanos, que son asesinados y encarcelados. Un pueblo que, lejos de respaldar a Maduro, ha sido aplastado por un sistema represivo que controla todos los aspectos de la vida, desde el acceso a alimentos y medicinas hasta la libertad de expresión y movilización.

Un supuesto “momento histórico”
El comunicado intenta convertir la continuidad de Maduro en un evento de carácter épico, enfrentando a las fuerzas “neocolonialistas” con las de la “independencia”. Sin embargo, detrás de esta retórica romántica se esconde un régimen que ha pisoteado la soberanía que dice defender. ¿Qué independencia puede existir en un país donde las instituciones democráticas han sido destruidas, los derechos civiles eliminados y las elecciones manipuladas para garantizar la perpetuidad de un líder?
Lo que el comunicado omite convenientemente es que esta “lucha por la independencia” ha dejado a Venezuela aislada en la escena internacional, con un pueblo sumido en la pobreza extrema. Maduro no es un héroe revolucionario que enfrenta al imperialismo; es el rostro de un gobierno que ha saqueado las riquezas del país mientras millones de venezolanos huyen en busca de sobrevivir.

El “proceso revolucionario” como excusa del fracaso
Presentar el tercer mandato de Maduro como una reafirmación del compromiso con el socialismo es un insulto a la inteligencia colectiva. Las cifras hablan por sí solas: más de 7 millones de venezolanos han abandonado el país, según la ONU, en busca de oportunidades que el régimen les ha negado. El desabastecimiento de alimentos y medicinas, la hiperinflación y el colapso de los servicios básicos no son logros revolucionarios, sino fracasos históricos.
El comunicado insiste en que la Revolución Bolivariana es una alternativa al capitalismo. Pero ¿a qué costo? En lugar de un sistema que beneficie a las mayorías, el modelo de Maduro ha creado una élite corrupta que se enriquece mientras la población enfrenta la peor crisis económica de su historia.

Las sanciones: ¿excusa o realidad?
Un punto central del texto es el bloqueo económico, presentado como la causa principal de las penurias del país. Es cierto que las sanciones internacionales han agravado la situación, pero también es cierto que el colapso de Venezuela comenzó mucho antes de su imposición. La corrupción desmedida, la expropiación de empresas privadas y la mala gestión de los recursos públicos son los verdaderos responsables del desastre. Culpar exclusivamente a factores externos es un intento descarado de evadir responsabilidades.
Además, el mismo gobierno que denuncia sanciones como una forma de agresión económica ha utilizado su control absoluto para reprimir a su pueblo y desviar los recursos del país hacia sus propios intereses. ¿Qué revolución puede justificarse cuando el sufrimiento humano es su moneda de cambio?

Glorificar al verdugo
El cierre del comunicado, con un fervoroso “¡Viva la Revolución Bolivariana!”, no puede ser más insultante para las víctimas de este régimen. Nicolás Maduro no es un líder legítimo que defienda la soberanía; es un autócrata señalado por organismos internacionales por crímenes de lesa humanidad, incluyendo torturas y ejecuciones extrajudiciales.
El intento de glorificar su gobierno no solo es inmoral, sino que perpetúa la narrativa que ha permitido su permanencia en el poder. Mientras algunos lo celebran como un símbolo de resistencia, los venezolanos continúan pagando el precio de esta “revolución”: un país devastado y un pueblo exhausto.
El comunicado en cuestión es un recordatorio de cómo las palabras pueden ser usadas para maquillar la opresión. En lugar de exaltar a Nicolás Maduro como un líder revolucionario, deberíamos enfocarnos en denunciar las atrocidades de su régimen y en trabajar por la restauración de la democracia y la dignidad en Venezuela. El sufrimiento humano no puede ser justificado por ideologías vacías ni por narrativas que buscan glorificar al verdugo en lugar de defender a las víctimas.

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.