¡Perú sin servicio de inteligencia!
Uno de los secretos de Estado mejor guardados en los países que se precian de ser verdaderas naciones organizadas como tales –por lo general situadas en el llamado primer mundo- es el estado de sus servicios de inteligencia. Por el mismo hecho de ser guardianes y portadores de información muy sensible -y de altísimo valor, no sólo para los gobernantes sino fundamentalmente para los estados- los órganos que administran estos servicios secretos están dirigidos por gente de primerísimo nivel, integrados por personal de alta preparación tanto intelectual, profesional como fundamentalmente moral. ¡En el Perú, como no es de sorprender, ocurre todo lo contrario! Después del paso de Montesinos por el SIN, primero Paniagua, después Toledo sencillamente destriparon ese servicio determinante para cohesionar la gobernabilidad y la seguridad nacional. Según fueron desfilando Humala, Kuczynski, Vizcarra, Sagasti , Castillo y hoy Boluarte por palacio de gobierno, el sistema de inteligencia peruano fue envileciéndose de manera absolutamente temeraria, incluso criminal, por obra de cada uno de sus respectivos gobiernos. Castillo le asestó la puñalada mortal corrompiéndolo a niveles de escándalo, y colocándolo a órdenes personales suyas. Sirva esta introducción para concluir que, buena parte del estado caótico, autodestructivo por el que ahora atraviesa el Perú es, precisamente, por esa ausencia de un sistema de inteligencia orgánico, profesional e independiente de los gobiernos.
Desde luego, atrás de cada uno de los mencionados ex presidentes (cómplices de la implosión del sistema de inteligencia nacional) están los caviares, autores intelectuales de semejante traición a la patria. A una patria que vemos sangrar y hasta desintegrarse, físicamente. Como esos escarceos de un ex presidente (Castillo) con el comunismo regional -afín a los felones caviares- para cederle parte del Perú a Bolivia. Las sangrientas asonadas que cubren varias regiones de nuestro territorio se encuentran a merced del lumpen terrorista que maneja esas poblaciones con el mensaje victimizador, cínico instituido por Castillo y su organización criminal. Los caviares han sentado reales en el Perú gracias a la complicidad de cada uno de estos desleales presidentes, quienes les sirvieron -en fuente de plata- la cabeza del Servicio de Inteligencia del Perú a cambio de que los caviares -que siguen instrucciones de países extranjeros- les guarden la espalda durante y después de sus gestiones gubernamentales. Pero mucho más pudo el alma podrida, aleve y mercantil de los caviares. Porque al final del día, acabaron traicionándoles.
Ahora el Perú transita a ciegas en medio de una convulsión cronométricamente ensamblada por el marxismo leninismo, consolidada finalmente gracias a todos esos sujetos de extrema izquierda que formaron parte del régimen del golpista y corrupto Pedro Castillo quien, en lugar de gobernar el Perú para bienestar de sus 32 millones de habitantes, lo hizo para consolidarse en el poder respaldado por la izquierda bolchevique sudaca. Desde luego con la estrecha colaboración del siempre intrigante y traidor segmento caviar, que sigue influyendo en parte de las clases alta y media. Sobre todo en la llamada “gran prensa peruana” que integran RPP, El Comercio, La República, canales 2,4,5,8,9, etc.