Perú: somos un país fracasado en educación básica
Nuestros niños siguen sin entender lo que leen y la pandemia los dejó sin entender para qué estudian. Nuestro sistema educativo es deprimente. La educación primaria y secundaria no garantizan a ningún estudiante peruano el ingreso directo a ninguna universidad, ningún futuro mejor y mucho menos mejores oportunidades.
¿Cuáles son los factores que intervienen de forma definitiva a este triste escenario? Primero: abandono escolar, menosprecio en los géneros, baja tasa de alfabetización, alto costo de la educación; y por último, pero no menos importante: pobreza y extrema pobreza en el área rural. Somos un país rico en oportunidades empresariales, pero pobre en mentes y cerebros que puedan aprovechar esas oportunidades.
Lo siguiente no es ninguna novedad: nuestro país es el peor en rendimiento escolar de toda Latinoamérica en matemáticas, lectura y ciencia. Esto lo sabemos desde hace más de diez años, cuando en el 2012, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, la OCDE, nos calificó como el peor país latinoamericano en educación. Definitivamente, hubo un momento en la historia de nuestra humanidad en la que Dios nos preguntó: ¿deseas tener una excelente educación o deliciosa comida? Y todos respondimos en coro que deseamos rica comida. Así somos.
Estados Unidos educa a sus estudiantes para ingresar directamente a la universidad. Un adolescente termina el colegio -High School, en Estados Unidos- a los 17 o 18 años de edad, con oportunidad de ingreso directo a la universidad. Un adolescente peruano termina la secundaria entre los 16 y 17 años, sin la mínima oportunidad para enfrentarse a un examen de admisión de universidad privada de baja calidad. ¿Podrán nuestros estudiantes de colegios públicos enfrentarse a un examen como el de San Marcos o el de la UNI? Definitivamente, no.
Entonces, ¿qué debemos hacer? Primero, reconocer que somos una vergüenza en la región. Segundo, poner a los estudiantes de bajo rendimiento en una posición de prioridad en el sistema educativo. El bajo rendimiento no significa incapacidad; es responsabilidad de los profesores mediocres que hemos creado y mantenido en el sistema educativo. Esto es muy importante por dos razones principales: en las economías que mantienen nuestro país, las personas preparadas ganan más y contribuyen más. Asimismo, por la justicia social.
Tercero, es muy importante estar concentrados en nuestros estudiantes de primaria. En los cinco primeros años de escuela, podemos entender y notar el potencial de un niño; asimismo, podemos ver cuáles son los estudiantes que desarrollan problemas de aprendizaje, de comportamiento y de motivación con la escuela. ¿Nos quejamos de que somos un país tercermundista? Bueno, lo somos y lo debemos a nuestra nula calidad en la educación. Soy una mujer convencida que sin educación de una mínima calidad seguiremos en el hoyo de ignorancia social y política en la que vivimos. Somos los mejores en sabor y delicia culinaria. Al mismo tiempo, lo peor en educación básica.
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