Perumin
Mientras que el Presidente viaja por todo el Perú inaugurando obras invisibles o poniendo la “primera piedra” de estudios técnicos para futuras obras o calificando como obra cumplida una trocha afirmada de tierra que para ser carretera le falta inversión en mejoramiento de diseño y asfaltado; o, instando a los grupos radicales antimineros a realizar protestas violentas para paralizar inversiones, no solo en Tía María sino en todo el sur peruano; en Arequipa se acaba de inaugurar una nueva versión del evento denominado Perumin, en el cual intervienen expertos de todos los sectores, para analizar transversalmente, los beneficios de la minería en el impulso de la economía del país y la necesidad de armonizar la explotación de minerales con las demás actividades, especialmente con la agroindustria y el cuidado del agua.
La irresponsable frase de “agua sí, oro no” o “agricultura sí, minería no” no soporta ningún análisis lógico, aunque utilizada subliminalmente se ha convertido en el soporte demagógico para desatar una guerra ciega contra todo lo que signifique minería. En nuestro país por desidia gubernamental, la actividad minera se ha realizado sin controles a lo largo de nuestra historia, provocando grandes contaminaciones como la que ha convertido al Mantaro en un río muerto. Sin embargo, no podemos renunciar al futuro por errores del pasado que se pueden y deben remediar. La industrialización pasa por la minería y su desarrollo tiene un efecto multiplicador del empleo y, por ende, es un generador de gran demanda de mano de obra calificada.
El agricultor no solo necesita tierra y semillas, también requiere machetes, lampas, palas, picos, tractores, alambres, linternas, entre los más elementales instrumentos de labranza. La agricultura no solo debe tener un destino de comercialización pura y simple o de exportación sin valor agregado. La apuesta debe apuntar a utilizar gran parte de la producción agropecuaria para el desarrollo de la agroindustria, para cuya constitución, construcción y desarrollo se requiere de minerales ya transformados en insumos para cada necesidad específica. No se pueden construir edificios, puentes, carreteras, líneas de transmisión eléctrica, represas ni sistemas integrados de comunicaciones, sin maquinaria, equipos y productos metálicos y no metálicos.
La economía de China se potencia cuando incrementa su capacidad de procesar minerales para transformarlos en insumos de calidad para su infraestructura e industria, demostrándonos que no hay posibilidad de desarrollo sin minería. Ojalá que el gobierno actual y los que vengan en el futuro trabajen para superar esta suicida guerra entre agricultura y minería.