Petroperú: condenable condescendencia
El régimen Boluarte sigue dando palos de ciego, ahondando irresponsablemente la dimensión de la crisis nacional. ¡El país necesita crecer! Pero para hacerlo, le es imprescindible que el sector Privado rentabilice su infraestructura productiva; y su par, el Estatal, administre coherentemente aquellas decenas de miles de millones de dólares que gastará este año el Tesoro Público a través del Presupuesto de la República, ascendente a S/ 240,806 millones de soles. Pero para que rentabilice su infraestructura productiva, el sector privado necesita confiar en el gobierno. Lo que, hasta ahora, resulta imposible; visto el incoherente manejo de la Economía por el oficialismo. El ejemplo de Petroperú está clarísimo. Una empresa quebrada desde toda perspectiva –financiera, económica, moral, productiva, administrativamente, etc.– no debe recibir nuevos fondos públicos del Estado. Porque los criterios lógicos, económicos, etc. aconsejan todo lo contrario. Sin embargo, no satisfecha con haber quemado ya US$ 8,000 millones en “construir” una refinería para procesar apenas 90,000 barriles diarios de petróleo, (cuando en el mercado internacional el mismo proyecto no llega a costar US$ 2,200 millones), Petroperú le exige otros US$ 1,000 millones al gobierno. ¡Y este se los concede sin chistar! Como si este importe se lo prestara a una empresa financiera sólida, administrativamente responsable; y como si las arcas del Estado en estos momentos estuviesen rebosantes. ¡Siendo ambos prerrequisitos manifiestamente inexistentes en la actualidad!
¡Otros mil millones de dólares quemados por el régimen Boluarte en plena crisis del Estado! Paralelamente, los hospitales del país carecen, por igual, de médicos, enfermeras, camas UCI, abastecimiento de oxígeno, medicinas, etc., tanto como los colegios siguen destartalados, muchos sin techo, baños o seguridad; y los maestros del Sutep prestos a iniciar una huelga general, la misma fecha en que empiece el Año Escolar. Por si acaso, sólo nos referirnos al estado catatónico de algunas de las infinitas áreas del Estado en condiciones devastadoras, como Educación, Salud, Seguridad Ciudadana, etc. Pero, eso sí, sí existen mil millones de dólares más listos para entregarlos a Petroperú. ¿Qué mensaje pretenden darnos con tamaño despropósito, presidenta Dina Boluarte y premier Otárola, sino que a ustedes este país les interesa un caracol?
Apostilla. Este gobierno se desvive lanzando a los cuatro vientos arengas de lucha contra la corrupción. ¡Digan entonces, presidenta Dina Boluarte y premier Otárola! ¿Son o se hacen los cándidos, pretendiendo que pase desapercibido un asalto por US$ 9,000 millones (US$ 8,000 millones ya pulverizados; más US$ 1,000 millones ya comprometidos por ustedes!), en una “refinaría” que no vale ni la cuarta parte de esa suma en el mercado internacional? ¿Han Investigado; solicitado propuestas –acaso denunciado ante aquel todoterreno, coronel Harvey Colchado; mandamás policial del Equipo Especial de Fiscales contra la Corrupción del Poder– a todos aquellos presidentes del Directorio, directores, gerentes, etc., de Petroperú, culpables de este atraco a Petroperú, advertidos por opiniones de especialistas en esta materia desde inicios de semejante despropósito? ¡Obviamente no! ¡Entonces háganlo! Porque, indudablemente, aquellos US$ 1,000 millones más que us-te-des intentan quemar en Petroperú, los llevarán a la cárcel.
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