Piense, amable lector, ¡piense!
El Congreso, el incomprensible Parlamento peruano, el desconcertante poder Legislativo, en vez de abocarse a acabar de cuajo con la crisis declarando la vacancia del todavía presidente Pedro Castillo, acusándolo constitucionalmente y/o aprobando el adelanto de elecciones (tanto presidenciales como congresales), dedica todo su esfuerzo a interpelar a un póker de ministros que, definitivamente, no ayudará a solventar el aterrador estado de cosas en que se encuentra nuestra patria. Por el contrario, semejante disparate le dará más oxígeno al régimen comunista. Si no, recordemos los dividendos que le sacaron a aquella atractiva y facilista campaña contra el “Congreso opositor”, tanto Kuczynski, como Vizcarra y Sagasti, Y hoy lo hará el heredero de esta trilogía de necios, cuando no de miserables e imperdonables, que tienen la culpa de que al Perú lo gobierne ahora una amalgama comunista que se apresta a capturar el poder absoluto y permanente, a través de una constituyente. Una asamblea que estará integrada, en su mayoría, por sindicatos, asociaciones cívicas, representantes nativos, pobladores organizados y cuanto jarabe de lengua se le ocurra a los bolcheviques que dirigen el Estado. Es decir que la mayoría de los constituyentes serán digitados por palacio de gobierno, en vez de que sean elegidos por la mayoría de los ciudadanos. En síntesis, esa asamblea de marras la manejará el Ejecutivo, a cargo de la nomenklatura extremista que encabeza Cerrón, decidido a convertirnos en otro país manipulado por el comunismo sudaca gobernado desde La Habana, su verdadera alma máter.
¿Dónde están los lideres de la oposición, presuntamente representados en este Parlamento? ¿Usted, amable lector, ha escuchado a López Aliaga, a De Soto o a Keiko Fujimori decir algo respecto el tsunami que tenemos al frente? ¿Dónde están esos supuestos adalides Roberto Chiabra, Jorge Montoya, Gladys Echaíz, etc., que arrancaron con muchísimos bríos, pero ahora ya ni se escuchan sus voces y mucho menos se siente su liderazgo, como figuras de los partidos por los que candidatearon hace un año? Ni qué decir de César Acuña y de José Luna, porque dan toda la impresión de ser parte activa del Ejecutivo, más que líderes opositores con bancadas parlamentarias que “batallan” contra el enemigo número uno de los peruanos. ¿Acaso con esta gente pretendemos desbaratar al comando comunista/senderista que está dispuesto a volar en pedazos al actual Estado peruano, para instaurar uno nuevo “que, por fin, se aboque a estar al servicio del pueblo”, como demagógica, mendazmente, de manera descarada engatusan a los ciudadanos, sin que una oposición organizada y decidida desmienta semejante falacia?
Por último. ¿Usted, amable lector, se da cuenta, verdaderamente, de la dimensión del riesgo que lo acecha? Un peligro que implica perder desde su libertad, lo más preciado que pudiese tener el ser humano, incluso su patrimonio; cuando no su trabajo y todo lo que le rodea en este instante. ¿Ha pensado, aunque fuese un momento, en hacer algo por evitar que se instale una asamblea popular constituyente manejada por el comunismo, para convertirnos en otra Cuba o Venezuela? ¡Es hora que lo haga!
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