¡Piénselo muy bien, amable lector!
La falta de un líder nos está deslizando a pasos agigantados al peor de los escenarios. Un verdadero líder que tenga las cosas claras, la cabeza bien amoblada, los principios transparentes y el coraje sobresaliente como para asumir una inmensa responsabilidad: gestionar este país para sacarlo del caos en el que lo han dejado personas que lo han engañado presentándose como estadistas sin haber tenido la talla para serlo. Aunque, valgan verdades, un sujeto como Castillo superó claramente la marca de incompetente que arrastraban sus predecesores Humala, Vizcarra y Sagasti.
No viene al caso definir ahora por qué ya no tenemos líderes políticos capaces, con la prestancia de un Bedoya Reyes o Alan García; ni partidos como el Apra o el auténtico Acción Popular. ¡Entendamos bien la realidad y pensemos! Reflexionemos cada uno de nosotros qué podemos hacer para colaborar a que el Perú no caiga en el desastre que sobrevendría, tras la captura del Estado por el comunismo. ¡Cada peruano medite desde su esfera! ¡Sin pérdida de tiempo ni fantasías, amable lector! Y comprenda la aterradora situación en la que nos encontramos.
No crea usted que este cataclismo se arreglará sólo ni tampoco que Dios es peruano. ¡Y no alucine que aún hay tiempo para ponerse a cavilar! ¡Para recién “ver qué hacer”! ¡La democracia está en grave riesgo en el Perú! Con ello, en poco tiempo corren gran peligro de desaparecer la libertad y el patrimonio de los peruanos.
¡Es cuestión de escasas semanas, señores! No actuar con inteligencia, decisión y sobre todo ahora mismo, unánimemente y con valentía, sellará la instalación de un régimen marxista del cual no saldremos más. Como pasó en Cuba y luego en Venezuela. ¡No dude usted un instante que esto será así, amable lector!
Las bases para imponernos una asamblea constituyente vienen siendo sembradas a lo largo de este país por los bolcheviques que impusieron a Castillo apelando al fraude electoral, financiándolo con el botín que los “dinámicos del centro” le robaron al Estado en tiempo de la gobernación de Vladimir Cerrón. Y el caldo de cultivo es esta miseria a la que Vizcarra, Sagasti y Castillo han llevado al Perú, agudizando las contradicciones entre pobres y ricos.
¿Recuerda, amable lector, aquel espanto que significaron tanto la devaluación como la más alta hiperinflación del planeta que sufrimos en los ochenta, y que nos costó muelas salir de ambas? ¿Sabe que ese precio continuamos pagándolo, con la presencia de sendero luminoso en el gobierno y de Pedro Castillo fungiendo de presidente? Si la inflación/devaluación le pareció aterradora, pues entérese de lo que le significará librarse del comunismo.
¡Pregúnteselo a un cubano, un venezolano o un nicaragüense! ¡Tendrá que soportar durante décadas las consecuencias del diluvio de desgracias, de muertes, de miserias y desolación que padecerán ustedes, sus hijos, nietos y bisnietos, antes que regresemos a esta democracia a la cual, hoy, la mayoría de ustedes desprecia con su fariseo respaldo al comunismo/senderismo, dejando que Castillo siga consolidándose en el poder!
Reiteramos. ¡Piénselo muy bien, amable lector!
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