Plan Marshall que no llegó (para la reconstrucción)
Aún nos resuenan los anuncios del expresidente Pedro Pablo Kuczynski respecto a cómo su gobierno afrontaría la reconstrucción de las regiones afectadas por el “Niño Costero” del 2017, principalmente el norte del Perú. Nos habló de implementar algo similar al “Plan Marshall”, aquel famoso programa de reconstrucción y recuperación promovido por los Estados Unidos en favor de los países asolados como producto de la Segunda Guerra Mundial y al cual se acogieron el Reino Unido, Francia, la nueva Alemania Occidental, entre otros. Tal anuncio me pareció bien y así lo escribí en una pasada columna, dado el monumental fracaso estatal de la reconstrucción del sur por el terremoto de Pisco del 2007; pero lástima, “no fue verdad tanta belleza”; no sabemos qué persuadió a PPK por optar por un ente adscrito a la PCM llamado “Autoridad para la Reconstrucción con Cambios”, compuesto por un directorio de cinco ministros, cada cual con su propia carga de trabajo, además que sus funciones ejecutivas se hacen más densas al tener que coordinar acciones con las autoridades regionales y municipales, por efecto de la “Ley de Descentralización”, los mismos que tienen visiones diferentes y prioridades que no siempre van de la mano de obras de infraestructura que en la práctica beneficien a la mayor cantidad de habitantes de sus zonas, lo que conocemos como “calidad de gasto”, siendo además que muchas de ellas no cuentan aún con experiencia de gestión pública al haber sido electos por primera vez para cargos de gobernadores y alcaldes en el último proceso electoral.
Un Plan Marshall adaptado a nuestra realidad peruana hubiese significado la disminución, sino eliminación, de absurdas barreras burocráticas, le hubiese dotado de dinamismo al programa de la reconstrucción y modernización de los pueblos arrasados por la naturaleza, pero no se quiso así y ya vemos a dos años del Niño Costero cómo un débil Fenómeno “El Niño” presentado este 2019, ha puesto en zozobra la costa del Perú, desde Tacna hasta Tumbes, con huaicos y lluvias torrenciales y que nos ha encontrado aún sin la infraestructura moderna que hubiese prevenido destrucción de viviendas, carreteras y sobre todo la pérdida de vidas humanas que nunca debieron pagar el costo de la inacción de un Estado aún paquidermico.
Desde aquí, dejo a salvo la calidad de persona del director ejecutivo de la “Autoridad para la Reconstrucción”, el economista Édgar Quispe, quien lastimosamente asumió una entidad marcada por la tramitología, la que de no reestructurarse y hacerse más ejecutiva, está destinada a ser la nueva Forsur y por tanto llamada al fracaso. Presidente Vizcarra, usted tiene la palabra.
Ana Jara
Puedes encontrar más contenido como este siguiéndonos en nuestras redes sociales de Facebook y Twitter.