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¿Podemos elegir en libertad?

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Fecha Publicación: 02/05/2021 - 22:55
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En cuanto al voto para elegir a autoridades políticas tenemos espacios en demasía. Por ejemplo, disfrutamos del lujo de la llamada “segunda vuelta”que no se da ni en los países más ricos y democráticos. También nos permitimos observadores extranjeros,así como opiniones foráneas.

Pero si se trata de elegir algo vital- en el real sentido de la palabra- que pueda afectar nuestras vidas, no gozamos de la misma libertad. Son los políticos de turno los que nos dictan si nos podemos vacunar o no, así como el lugar, la fecha, e incluso la calidad de la vacuna.Lo que en tiempos de Vizcarra nos puso en un retraso respecto a otros países.Situación que hoy vemos mejorada con la esperanza de que gran número de peruanos accedan a inmunizarse.

Pasada esta etapa debemos reiniciar investigaciones sobre contratos o métodos aplicados con relación a las vacunas. Se argumenta que los acuerdos debieron ser secretos, por eso no nos dicen qué cantidades se pagaron y a qué manos fueron. Pero la cuestión de primer orden es qué razón existió para comprar con preferencia vacunas chinas. ¿Acaso no se sabía que la vacuna del país comunista se estaba regalando en varios países del mundo? La segunda cuestión es qué razón hubo para entrar en el contubernio de los llamados “ensayos clínicos”, en que se expuso a miles de peruanos a favor de un laboratorio extranjero. ¿Acaso no se sabía que esos experimentos están prohibidos en la mayoría de países? ¿Qué ventajas trae al Perú? Lo que se comprobó es que estos ensayos fueron un experimento en humanos; pero no solo sobre el virus, sino respecto a conducta o moral. Al menos 500 personas fueron clandestinamente vacunadas.

En materia de derecho las cosas no se definen sólo por su nombre. Así lo llamaran indebidamente “ensayos clínicos”, pudo ser una maniobra política para inducir la compra al laboratorio chino.

Los acuerdos, o convenios, son una expresión de voluntad. Para que sean válidos no deben ser suscritos bajo amenazas u otras condiciones que restrinjan la libertad de expresión de una legítima voluntad. Carecen de valor jurídico los acuerdos que atentan contra la vida, la ética, o contravengan principios generales de Derecho. Se supone que tampoco debe permanecer en secreto quienes firmaron o aconsejaron estas contrataciones. El tema de vacunas y medicamentos,más que el secretismo, está influido por quien asume la responsabilidad en caso de que tenga efectos secundarios. En resumen, si lo asume el Estado que lo compra o los laboratorios que los venden. Esa es la clave que,como es lógico, determina el precio.

En Europa desde donde escribo estas líneas, sabemos con mayor o menor certeza cuánto costaron las vacunas y estamos informados respecto a la calidad de las mismas. La UE no tuvo ningún inconveniente de mostrar parte de los contratos y de proceder a confrontara los laboratorios que son empresas privadas, actuando abiertamente en protección de los ciudadanos.

El derecho a elegir bien está en función de la libertad para informarse.

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