Poder Legislativo y TC: tareas imprescindibles
En medio de su medianía pedagógica, atomización política, diversidad de ascendencia social, confusionismo ideológico e intereses particulares –aspectos responsables de su confusión para comprender la gravedad del momento que vive nuestra patria, y la firme resolución patriótica que debería mostrar el primer poder del Estado para evitar que colapse el país- nuestro poder Legislativo fue capaz de aprobar por insistencia, y con abrumadora mayoritaria, una norma que repite lo que establece la Constitución para las convocatorias a referéndum. La flamante ley sencillamente reitera lo que ya señala la Carta, en el sentido que cualquiera “iniciativa de reforma constitucional que sea puesta a consulta popular tiene que pasar previamente por la aprobación del Congreso.” De modo que las bravatas del régimen comunista/senderista calificándola de inconstitucional, no son otra cosa que fiel reflejo de la tara mental de quienes están gobernando la nación. Su aventura al apelar al Tribunal Constitucional exigiéndole que derogue este flamante precepto ratifica esa actitud atorrante, y a la vez insidiosa, de Castillo y compañía. ¡Este, amable lector, es el momento del Tribunal Constitucional!
Lamentablemente aún lo conforman tribunos que convalidaron el golpe de Estado del miserable Vizcarra. Aunque apelamos a que hayan reconocido su yerro y ratifiquen la constitucionalidad de esta ley.
Superado en principio el soponcio de la constituyente, queda aún un largo trayecto por recorrer para retornar a la Democracia y al Estado de Derecho en el país. No debemos pues cantar victoria. Los servicios de inteligencia habaneros permanecen trabajando 24 horas al día para descubrir el espacio que les permita a Cerrón, Castillo y su mafia roja convocar –vía referéndum o lo que fuere- a una asamblea constituyente destinada a afianzar -y luego a gestionar, ya desde el ápice totalitario- un régimen omnipotente y dictatorial. En estos seis meses y semana de desgobierno, gestionado por Castillo y toda la casta comunista/senderista que le acompaña, el Perú ha desplegado un viraje ideológico de proporciones tectónicas hacia la izquierda más primitiva y radical. Sólo lavarle la cara al Estado, manchada de rojo por la alta y media burocracia que ahora lo gobierna, costará no sólo tiempo sino serios problemas. La metástasis comunista es lo peor que puede ocurrirle a un país sin infraestructuras democráticas sólidas. Como el Perú. Y mientras este Legislativo continúe cavilando –y en muchos casos, alucinando que Castillo es buena gente, que ya aprenderá a gobernar, y que eso de comunista es sólo invento de la derecha- el comunismo/senderismo habrá avanzado muchísimo y continuará consolidándose en el copamiento del aparato estatal, dificultando cada día más el camino de retorno al sistema democrático. ¡Hasta finalmente hacerlo imposible!
¡Castillo ha traicionado al Perú ofreciéndole territorio nuestro a Bolivia! País que, en el fondo, nos traicionó en la Guerra del Pacífico utilizandonos de carnada para satisfacer sus propósitos. ¡Los países no tienen amistades, amable lector. Sólo intereses! Nadie es amigo de nadie. Menos un boliviano de un peruano. Entonces que Castillo se vaya a la porra por traidor intentando regalarle nuestra heredad a los comunistas bolivianos.
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