Poéticas del caos
En tiempos de subversión, palpamos el dolor y la tragedia. No solo en aquellas imágenes que muestran seres humanos fallecidos víctimas del poder de la corrupción, sino también en el grito desesperado de los desempleados, que ante el hambre de su familia no tuvieron otra alternativa que salir a las calles para buscar el pan de cada día como vendedores ambulantes. En medio de este panorama, no olvidemos que la vida tiene todos los matices.
Felizmente hay medios de catarsis, para liberar el alma y sublimar la tragedia de la vida…
A lo largo de la historia de la humanidad, el arte es un medio que registra todas las palpitaciones sociales y el ritmo de la vida, con todos sus matices. En la historia del arte, de manera esencial, caben todos los “temas universales” que son materia de cada de uno de los géneros artísticos, y también del pensamiento filosófico.
El amor, la muerte, las guerras, las tragedias de la humanidad, y las grandes victorias, son materia prima que nutre el devenir de la Historia y, de modo inmanente, la creación artística. Ya sea en la “Ilíada” y la “Odisea” de Homero, que perennizaron las guerras de la antigüedad griega y transmiten el fragor de las batallas y los combatientes heridos de muerte, hasta los cantares de gesta del medioevo, donde se puede percibir la lucha por el honor y la defensa de los pueblos, hasta el inmortal “Guernica” de Picasso, que plasma en blanco y negro el dolor de los caídos en la Guerra Civil española, encontramos muchos referentes en el arte. Y ya en tiempos modernos, los corresponsales de guerra, también se sumergieron en el dolor de los combates para extraer testimonios e imágenes dolorosos, tal como lo plasmó el genial Robert Capa en la “Muerte de un miliciano”; captando con su cámara el preciso instante en que un combatiendo cae herido mortalmente por un balazo. Son expresiones impactantes, trágicas y dolorosas, como la vida misma.
En el Perú, abundan los exponentes de ese arte profundo, vital, que nos confronta y nos lleva al límite planteando, a veces sin decirlo explícitamente, una gran pregunta: “¿Cuál es el sentido de la vida?”.
César Vallejo (Santiago de Chuco, La Libertad – París, 1938) es el máximo poeta peruano -y considerado uno de los mayores exponentes de la poesía en lengua castellana- y de verdad es uno de los vates nacionales más hondos, de poesía “trágica y estremecida como cosa que se sufre o que se ama”, tal como la describió Francisco Xandóval. Algunos críticos califican a Vallejo como “el poeta del dolor”, porque consideran que incluso cuando habla de amor o de esperanza, lo hace con una voz doliente, que en su poema “Espergesia” se atreve a gritar: “Yo nací un día / que Dios estuvo enfermo, / grave”.
(*) Escritor, sociólogo y analista político. Consultor Internacional en Derechos Humanos para VIACTEC.
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