Ponerse en el lugar del otro
Las relaciones humanas de un tiempo a esta parte se han vuelto distantes, frías, mecánicas, rutinarias, practicas, no saben escuchar, se limitan a lo que es materia del problema sin pensar que detrás de la consulta existe un ser humano con fortalezas y debilidades, que va a la consulta trasladando una preocupación para que sea resuelta, sin embargo te pones al frente de un profesional de la salud que en lugar de ser un interlocutor es una masa humana que se limita a escucharte dos o tres palabras, prescribiéndote la medicina y esperando que ingrese otro paciente para darle el mismo trato, eso cuando tienes un seguro del Estado; y cuando el seguro es particular, solamente atienden determinadas fechas, incluso si pagas la consulta completa atienden inmediatamente de lo contrario algunos absuelven la consulta virtual, esa es la regla, para los comerciantes de la salud con honrosas excepciones con una filosofía de vida distinta, el galeno esta para salvar vidas no para salvar los bolsillos, han tergiversado el concepto de salud sin tener en cuenta los derechos y deberes del paciente, ignorando el Juramento Hipocrático.
Ya no se ve, al médico de familia, que atendía al grupo familiar, que sabía los antecedentes familiares, las enfermedades, que estaba a disposición a cualquier hora cuando lo requerían, ahora no, ni lo puedes llamar por teléfono sino a través de la secretaria, que por lo general no devuelve la llamada y solo atiende de lunes a viernes, por lo tanto, el paciente se muere, esa actitud constituye el delito de exposición y abandono en peligro, pero no les interesa. Sin embargo, hay que destacar la mística del médico pediatra, doctor Max Zaiman, que se constituía a cualquier hora, noche, tarde, día, a atender al paciente, amaba su profesión, siempre decía “los niños son primero son el futuro de un país”, ojalá existan muchos médicos que se pongan en el lugar del otro.
Este es un tema generalizado por la ausencia de valores internalizados en la formación de los seres humanos, se ha perdido servir, ayudar al prójimo, no solamente es en salud sino en educación, tenemos maestros politizados, que solamente buscan sus intereses, adoctrinar a los alumnos, sin interesarles que aprendan a ser buenas personas, todo lo contrario hacerlos resentidos sociales, porque esos malos maestros desviaron su vocación de enseñar bien, tenemos un claro ejemplo, no se enseña humanidades sino cosas prácticas, el alumno ha perdido comunicación con el maestro y si la tiene no es satisfactoria, tenemos el caso de maestros, que se limitan a dictar su clase, absolver las preguntas que les interesa sin pensar en la duda del alumno, como el caso que les voy a exponer, estábamos en el patio de la universidad en el cambio de hora y se acerco una alumna al profesor para que le explicara una duda que tenía en clase, el profesor le contesto, a mi me pagan para dictar clases no para absolver preguntas fuera de clases, la alumna se quedo perpleja, muda, sin saber que decir, el profesor se retiró, le dije a la alumna, debe estar pasando el profesor un momento difícil no te preocupes en clase formúlale la pregunta, si bien es cierto no debió responder así el profesor, debes tener presente que existe profesores y profesores. Y le traje a colación que existe diferencia entre “profesor” y “maestro”; el primero, por lo general se limita en dictar la clase, no le interesa si los alumnos aprendieron; en cambio, el segundo, se pone en el lugar de los alumnos, se preocupa que aprendan, entiendan, que las enseñanzas forme parte de su formación, sino entienden les vuelve explicar o conversa con ellos para preguntarles, que sucede con ellos, comprenden el curso, que parte necesitan que los refuerce, incluso el maestro esta dispuesto a darles horas complementarias para que aprendan bien el curso.
Es importante ubicarse en el lugar del otro, gratifica espiritualmente, sintiéndote útil.
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