Pongamos puertas y ventanas a nuestra casa: la urgente necesidad de modernizar la defensa y adquirir nueva flota aérea

Imaginemos una familia humilde atacada por vecinos abusivos. Durante la invasión, la familia sufre pérdidas: el padre es asesinado, la madre violada, los hijos masacrados y sus pertenencias robadas; les arrebatan la mitad de la casa, dejándolos sin puertas ni ventanas, completamente expuestos a futuras agresiones. Esta analogía describe lo que Perú experimentó a lo largo de su historia. Con el tiempo, la familia empieza a recuperarse, adquiriendo algunos bienes básicos, pero sigue desprotegida, sin las puertas y ventanas que le proporcionarían seguridad. Los vecinos, al ver los esfuerzos de la familia por mejorar su situación, reaccionan con amenazas, tal como algunas naciones que desean mantener a Perú débil y vulnerable. Utilizan estrategias mediáticas y políticas para desincentivar la inversión en defensa. ¿Hay infiltrados que trabajan para esos mismos vecinos dentro de la casa de la familia pobre? En un mundo de conflictos constantes, como la guerra entre Ucrania y Rusia, las tensiones en el Medio Oriente, los conflictos en África, la lucha contra el narcotráfico y el crimen internacional en América, y el espionaje, la seguridad nacional no puede tomarse a la ligera.
Como se evidenció en el reciente caso de Víctor Ariza, un miembro de la Fuerza Aérea Peruana que espiaba para Chile, sigue siendo una amenaza real, al igual que los ciberataques diarios que sufre el país. Todo país, incluido Perú, enfrenta amenazas y planes de guerra meticulosamente planificados en su contra. Según el informe del Instituto Mundial de los Recursos (WRI), Chile se ubica en el puesto 16 de los países con mayor estrés hídrico a nivel mundial, lo que podría llevar a que pronto se quede sin agua para su población. Ante esta realidad, conociendo la historia y recordando lo que dice su escudo nacional: “Por la razón o la fuerza”, plantea preocupaciones válidas de los países vecinos. Ojalá que no quieran acceder al agua de otros países por la fuerza; sería bueno escuchar las voces del gobierno de Chile y sus representantes al respecto.
En ese sentido, Perú, como nación soberana, tiene la necesidad urgente de modernizar su flota aérea siguiendo la teoría de la disuasión de Thomas Schelling, como un mecanismo crucial para evitar conflictos y mantener la paz. Los Mirage 2000 y MiG-29, con más de 40 años de antigüedad, no son garantía de nada y solo algunos vuelan. Están obsoletos, mientras que países vecinos han avanzado significativamente. Chile, por ejemplo, cuenta con 46 F-16 modernizados (upgrade 2023) y tres aviones E-3 Sentry especializados en alerta temprana, guerra electrónica y control (AWACS) en 2023. Brasil ha comprado 36 aviones Saab Gripen NG y ha modernizado más de 45 aviones. Argentina, a pesar de su crisis económica, ha decidido adquirir 24 F-16 de segunda mano. En este contexto, es fundamental comprender que la modernización de nuestras capacidades de defensa no es simplemente una cuestión de poder militar, sino un pilar esencial para el desarrollo económico y la seguridad nacional. Un país con una defensa robusta y actualizada puede generar estabilidad, lo cual, a su vez, favorece el crecimiento económico, la atracción de inversiones extranjeras y la protección de sus recursos estratégicos. Sin un marco de seguridad fuerte, la vulnerabilidad frente a amenazas externas e internas puede socavar los esfuerzos de progreso y bienestar para nuestra población. Pongamos puertas y ventanas a nuestra casa.

Por Luis Saavedra Contreras

Ingeniero Ambiental
Master en Ingeniería Ambiental de la Empresa (IQS-Título propio)
Egresado de la VI Maestría en Inteligencia Estratégica del CAEN 1er Puesto

Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, X, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.