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Póngase las pilas, amable lector

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Fecha Publicación: 30/01/2022 - 23:00
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La desidia, irresponsabilidad y cobardía de la inmensa mayoría de peruanos llega a cotas de escándalo. Probablemente, hoy no existan sociedades que se precien de ser descendientes de culturas valiosas y que ignoren las amenazas de sus gobernantes comunistas, como viene ocurriendo con la nuestra; a pesar de conocer de cerca lo que antes ha ocurrido en Cuba y más recientemente en Venezuela, Nicaragua, Bolivia. Es decir, entienden el desenlace de la tragedia, pero prefieren ignorarla demostrando un inaceptable nivel de estupidez.
Más aún, conocemos las fechorías e infracciones legales que vienen perpetrando el presidente Pedro Castillo, sus ministros y el partido Perú Libre que lo respalda. Esto les coloca al filo del precipicio de la vacancia, el juicio político y la cárcel.

¡Lo único que necesita hacer la sociedad peruana es dejarse de mieditos y enfrentar la realidad! Esto va desde reconocer que los únicos dueños del Estado peruano somos todos quienes integramos la sociedad; no sólo los gobernantes (aunque lo que comprobamos hace medio año es que la situación es inversa), y que un puñado de aventureros rojos se ha adueñado del Perú y están amenazando a los 32 millones de peruanos imponiéndoles consignas dictadas por La Habana y Caracas. ¿La orden? Convertirnos en esclavos del marxismo bolivariano.

Sin embargo, muchos ignoran que, como ciudadanos, tienen el poder de protestar públicamente, antes de que les sea imposible. Como ocurrió en La Habana, Managua, Caracas. ¡Para empezar necesitamos exigirle al Congreso que apruebe la vacancia y ordene enjuiciar políticamente a Pedro Castillo! Argumentos sobran. Lo que falta es coraje para decidirse, repetimos, antes de que sea muy tarde y las pruebas y razones desaparezcan, manipuladas por un totalitarismo cada día más consolidado por una peligrosísima fuerza policial politizada capaz de cualquier crimen, robo, secuestro político, etc., para seguir atornillándose al poder.

Conclusiones cardinales que demuestran desde la incapacidad moral para gobernar hasta el crimen por traición a la patria son, hasta hoy, argumentos más que sobrados para que la fuerzas democráticas que integran el Congreso actúen como corresponde: de acuerdo a la Constitución. Es obligación del parlamentario entender que depende de la sociedad, de la cual es apoderado. Y después, aplicar la Carta y las normas para cumplir su deber como representantes del pueblo. ¡Y el pueblo, señores congresistas, está contra la infiltración senderista en el Ejecutivo! Empezando por los ministerios (Trabajo, Transportes, Educación y Ambiente, clarísimos ejemplos de senderización), además de viceministros, directores, prefectos, etc. También está contra la imposición presidencial en el nombramiento de militares y policías; contra negociados como los pactados en Sarratea; palacio de gobierno, etc. Y, por encima de todo, está contra la voluntad de Pedro Castillo de darle a Bolivia territorio marítimo, propiedad inviolable, indisoluble de los 32 millones de peruanos.

Finalmente, está contra la degradación y degeneración del Estado, con miras a establecer uno nuevo siguiendo las pautas del marxismo leninismo, donde el ciudadano será un número más de la estadística dentro del campo de concentración que dirigirá la cúpula sendero/comunista bajo la etiqueta Perú.

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