Populismo y alarmismo en Palacio de Gobierno
El presidente de la República, Martín Vizcarra, dijo el último fin de semana que debería estudiarse la posibilidad de imponer la pena de muerte para violadores de mujeres y niños. Nada más populista que colocar en agenda nacional la pena capital, cuando se sabe que, para que esta pueda aplicarse, el país debería -primero- renunciar a la Convención Americana de Derechos Humanos (‘Pacto de San José), lo que tardaría por lo menos un año. Posteriormente, se tendría que reformar la Constitución en el Congreso, a través de votos de mayoría calificada en dos legislaturas o mediante un referéndum. Luego de ello, habría que cambiar el Código Penal. Hablamos, entonces, de por lo menos tres años, según señala el doctor Aníbal Quiroga, para que los abusadores sexuales recién puedan ser ejecutados por nuestro justo (?) Poder Judicial. ¿Acaso Vizcarra pretende entornillarse en el sillón de Pizarro después del 2021?
Estimado lector, ¿usted confía en la capacidad de este PJ -que, como ya hemos visto en el caso Lava Jato, sirve muchas veces de mesa de partes de la Fiscalía- para darle la prerrogativa de poder acabar con una vida? De acuerdo a últimas encuestas de Ipsos, solo 8 de cada 10 peruanos aprueba la labor del sistema de justicia. Así, si bien el premier Vicente Zeballos afirmó que el Presidente ‘no dijo lo que dijo’, el exgobernador moqueguano ya puso la pelota en cancha del nuevo Parlamento, que, para ganarse algunos puntitos de aprobación, no dudo que pondrá el tema a debate.
Pero el populismo no es la única tara del Ejecutivo. Recordemos que fue el propio Martín Vizcarra quien confirmó el primer caso de coronavirus (Covid-19) en el Perú. En un innecesario Mensaje a la Nación, Vizcarra pidió calma y, a su vez, exhortó a confiar en nuestro sistema de salud. Una total contradicción. Los hospitales públicos atienden mañana, tarde o nunca. En vez de poner paños fríos al asunto, el jefe de Estado alarmó más a la población al leer mal un comunicado que dejaba más dudas que certezas. A su lado estaba de adorno la ministra de Salud, Elizabeth Hinostroza, quien luego tuvo que hacer malabares para explicar las medidas de prevención que deben tomarse frente al Covid-19, siendo la más efectiva el lavado de manos con bastante agua y jabón.
Este diario publicó, en su edición del último martes, la opinión de los médicos José Recoba y Julio Cachay. Ambos hicieron un llamado a la tranquilidad al afirmar con coherencia que el porcentaje de muertes por coronavirus es mínimo (¡solo el 2% de contagiados fallece por la enfermedad!). Vemos, pues, que lo único que hizo el jefe de Estado fue echarle candela a una “psicosis colectiva” en ciernes, cuando hay en el Perú enfermedades más letales como el dengue, que presenta 12 mil infectados y 22 muertos a la fecha. ¿Acaso hubo, como escribió Federico Salazar, un Mensaje a la Nación por este mal?
