Por ahora… es sueño
Hace un mes, conmemorado el aniversario patrio, hemos soñado mucho… caminar por las calles y plazas contentos, sonrientes y alegres con absoluta seguridad, sin importar si llevamos dinero o un celular; y si estamos en centros comerciales (antes: comerciarles), restaurantes y viviendas o nos transportamos en vehículos porque no corremos riesgo alguno; que la vida de todos no corra peligro alguno. Si necesitamos atención médica en los centros médicos, hospitales, inclusive los de la Seguridad Social, nos atiendan inmediata y solícitamente por expertos profesionales médicos, paramédicos (antes: para-médicos) y administrativos y se nos provea de inmediato de las medicinas y remedios que nos curen. Igualmente, soñamos en la administración pública, incluyendo las municipales, que nuestras necesidades sean resueltas sin mucho esperar ni causarnos problemas. Soñamos que nuestros hijos reciban excelente educación desde los jardines infantiles, primaria, secundaria y superior y al final de su preparación aporten con dedicación a fortalecer el desarrollo nacional y sin problemas sociales, económicos ni políticos. También, como cada día nos transportamos para ir al colegio o al trabajo, el tránsito sea eficiente y sin demoras.
Soñamos con estar felices y que no falte empleo para todos los que estén hábiles para trabajar y que perciban las remuneraciones racionales para su subsistencia familiar y educación de sus hijos; para que muchos empresarios inviertan capitales para la explotación de nuestras riquezas naturales, las que con valor agregado atiendan a los mercados nacionales y, sobre todo, a los internacionales, para que no solo requieran nuestra producción, sino que consoliden la economía empresarial y de la Nación y derroten la informalidad laboral y la pobreza.
Una esperanza cotidiana es no tener problemas con nuestros derechos a bienes, compromisos, laborales, seguridad, etc., para no tener que recurrir a la administración de justicia. Soñamos que su administración sea justa, eficiente y pronta, sin dilaciones, y que nuestros magistrados fiscales sean eficaces y que efectúen sus “investigaciones” sin demoras (infinitas) y que los juzgadores no dilaten los procesos (expedientes) judiciales, sean civiles, laborales, penales, contencioso-administrativas, constitucionales, porque necesitamos que cumplan los plazos procesales.
Un sueño y una esperanza es que los aspirantes a gobernar, si son electos, no usen la política para obtener “beneficios para sus grupos” o ser ricos dinerarios cayendo en la corrupción para “obtenerlo”. Soñamos con electos gobernantes para el Ejecutivo y Legislativo inteligentes, responsables, con capacidad para legislar para el progreso nacional y sin problemas socioeconómicos y políticos.
¡Que los sueños, esperanzas y derechos de los peruanos se hagan realidad!
Mira más contenidos en Facebook, X, Instagram, LinkedIn, YouTube, TikTok y en nuestros canales de difusión de WhatsApp y de Telegram para recibir las noticias del momento.