Por el honor o por la plata
Se cuenta que en una de esas polémicas que podría narrarse, Juan Gargurevich, un señorón de la prensa peruana intentó degradar y humillar al decirle a Federico Elmore, un periodista puneño…
“…la diferencia entre usted y yo es que mientras usted escribe por dinero, yo lo hago por honor…”
lo que Elmore le respondió “…Tiene usted mucha razón; cada uno escribe por lo que le falta”
La carencia de estos principios cardinales en el Perú, aunque suene paradójico son el honor y la plata. Un daño nocivo les hace a los peruanos ver a diario estos ejemplos donde el honor y la plata se están convirtiendo en lo mismo, con honrosas excepciones.
Algunos botones de muestra, constatar que fue más doloroso ver partir a Pedro Suárez-Vértiz que a un líder político que termina su existencia mortal, sea éste un vicepresidente del Congreso o sorprendidos ver a su colega de la Mesa Directiva organizar al día siguiente una fiesta con gente maleada, crimen incluido y niegue su complicidad, viendo todo el país a una cara dura, engreída, majadera e hijita de papá apañada por la paternidad putativa de la manada de otorongos para que conserve su curul. O los 59 expedientes fiscales, denuncias que tiene el presidente del Congreso, 57 son en el Cusco donde no puede volver, es abucheado y repudiado por su gente y lo han declarado un indeseable en su tierra, increíble, un presidente del Congreso. Ver a Dina Boluarte defendiendo a su hermanísimo con uñas y dientes, cuando sabe que es una “joyita” detrás del trono. O la relación delictuosa del mandamás de IDL conchabado en ese vínculo cínico y clandestino con sendero luminoso. Hoy con ese poder fáctico e inmoral manipula a jueces y fiscales y sigue siendo en su mundo caviar el señorón honorable con poder y con plata.
Ejemplos repugnantes de los principales referentes del país los tenemos por toneladas, la carencia de honor, honradez, dignidad, integridad, decencia, rectitud, lealtad, virtudes fundamentales que sostienen la probidad de los líderes de las naciones ¡el Perú no los tiene!, con ese paradigma infectado están confeccionando el legado aterrador para la generación que viene a ocupar nuestro lugar en la historia peruana. El vacío e inexistencia de gente con honor entre aquellos que recibieron la confianza de un pueblo crédulo y que fue elegida para gobernar su destino está recibiendo un creciente desprecio, la gente ya comprobó que carecen de honor, pero que ahora les sobra la plata.
Por ello resulta comprensible entender la nostalgia interminable en las redes sociales de miles de seguidores aferrándose a la historia virtuosa de Pedro Suarez-Vértiz, una vida admirada, talentosa, decente y que no logra aún llenarse con lo que dejó, sino con lo que descubrimos ahora lo valiosa que fue, no solo como extraordinario compositor y cantante, sino como padre, esposo y amigo, un hombre que supo amar lo que vivió, su mujer y sus hijos sumado a muchísima gente desea eternizar su legado, convertirlo en leyenda.
“UNO SE GANA LA VIDA CON LO QUE HACE, PERO CONSTRUYE SU VIDA CON LO QUE DA”, esto deberían entender los gobernantes que tenemos, su carencia de honor los está convirtiendo en zombis deshonrados y olvidados.
He dicho.
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