Por enésima vez: ¡vacancia ya!
Escuche Pedro Castillo. Usted debería interiorizar esta sentencia de Abraham Lincoln, antes de continuar engañando al Perú: “Podrás engañar a todos durante algún tiempo, podrás engañar a alguien siempre, pero no podrás engañar siempre a todos”.
Tarde o temprano la mentira aflora, y la verdad hace que el mentiroso aparezca retratado. Van ocho meses desde que, semanas antes que usted jurase como presidente, ya surgían versiones periodísticas –todas acompañadas por videos comprometedores- respecto a sendas citas furtivas a las cuales usted asistía en el antro de la callecita Sarratea.
Ante ello, usted y su clan comunista/senderista arremetían contra la prensa independiente imputándola de golpista y cuanto adjetivo se les ocurría. Su victimización, escondida tras el disfraz de su condición de “maestrito humilde” –su primogénita mentira oficial- y su afán por acusar de racistas a quienes no le creen desde que ingresó al partidor de la carrera presidencial, era apenas una estrategia facilitada por los asesores cubanos y huancaínos que le acompañan, para blindarlo frente a esta aventura suya, mendaz y antipatriótica, de convertirnos en republiqueta bolivariana.
El destape de sus falacias ha saltado por boca de alguien que usted jamás imaginaría: del enemigo pequeño que nunca existe. De una confidente suya en quien confiara por su vehemencia en hacer la América al más breve plazo. Aquello que en español –idioma que usted repudia- se llama avidez o voracidad; y constituye la esencia vital de esta asociación criminal que le llevó a palacio de gobierno, liderada por Vladimir Cerrón, su socio/patrón.
Un consejo. Renuncie Pedro Castillo. No continúe cavando su tumba lanzando nuevas mentiras para tapar la anterior. ¡Ya nadie le cree! Usted es un mitómano compulsivo. Porque es una verdad del tamaño de una catedral que usted ha montado una camorra delincuencial.
Lo ha confesado ante la Fiscalía, como aspirante a colaboradora eficaz, quien reiteradamente se reunía con usted, trajeado con gorrita y máscara, detallando: “Castillo integra una organización criminal que incluye a varios ministros” secuaces suyos, “y a un puñado de congresistas de Acción Popular” (¿liderados por el “asesor” Lescano?), pandilla de traidores a Belaunde Terry cuya conducta explica esa alevosa actuación de la bancada acciopopulista, por ignorar actos de podredumbre relativos al constitucional trámite de vacancia.
La bancada acciopopulista rechazó la primera moción de vacancia que estuvo bien fundamentada con denuncias respaldadas por videos y amplias pruebas firmes, determinando firmes causales de incapacidad moral para gobernar.
Ejemplo, la participación de Castillo en caso Sarratea, las maromas del Secretario General de palacio, los vínculos de Castillo con los “Dinámicos del Centro”, y muchos ejemplos más. Pero al tiempo de votar, Acción Popular se abstuvo o votó en contra.
Apostilla. El argumento del oficialismo que la denuncia de Karelim López Arredondo no vale porque “las investigaciones de la Fiscalía no deben trascender al público” carece de valor. Recordemos cómo se frotaban las manos los comunistas cuando aquello ocurría con Keiko Fujimori. Es más. La actual Fiscal de la Nación está cuestionada por su mutismo ante las evidencias de corrupción del aún presidente.
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