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Por los caminos del Señor

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Fecha Publicación: 04/12/2021 - 20:57
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Hola… Ubicado en mi nueva oficina del colegio Nuestra Señora del Consuelo, mirando el patio central, recuerdo que, hace menos de treinta años, todo aquello que pueden divisar hoy mis ojos, era un enorme espacio abierto, en el cual solo existía una pequeña canchita de fulbito, primero de tierra y posteriormente de cemento. Y así fue por muchos años, por lo menos veinte. Esto cambió. Un día, un sacerdote agustino llamado Miguel Diez Medina convirtió aquel inmenso pampón en un centro educativo que hoy se llama “Nuestra Señora del Consuelo”, nombre que tomó de la Parroquia a la que pertenece.

Siempre he admirado al ser humano creativo, quien se fija unas metas y con esfuerzo y con mucha fe, saca adelante sus sueños. Este colegio, en el que me encuentro hoy, lo he visto nacer, sé de sus raíces; por ello no me asusta la altura que pueda conquistar porque siempre será seguro, por quien lo hizo y cómo lo hizo.

Alguien me dijo una vez: “El clavo que sobresale, siempre recibe un martillazo” y en este caso, el P. Miguel no recibió un martillazo, sino varios, pero eso no lo amedrentó para dejarnos una obra maestra que, conociendo su historia, es el colegio Nuestra Señora del Consuelo.

Hace algunos años, como ahora, tuve la responsabilidad de este centro de estudios y de lo que más orgulloso me siento es haber colaborado para que este sea un colegio inclusivo. El año pasado se graduó nuestro primer alumno de habilidades diferentes y para el nuevo año académico, que comenzaremos en marzo, son más de veinte quienes iniciarán su etapa escolar, cuyas aptitudes nos hacen ser bendecidos por el amor más limpio que jamás uno se pueda imaginar.

Al iniciar esta conversación te indicaba que, sentado al lado de mi escritorio y con los ojos cerrados, vinieron a mi memoria los recuerdos de los últimos veintiún años, pero sobre todo vino a mi corazón la infinita gratitud hacia quienes lograron, y lo reitero, esta obra de arte. Que yo vuelva a estar en este lugar, no es sino una clara manifestación que Dios y la Virgen del Consuelo quieren nuevamente bendecirme en mi faceta de Educador.

En estos días estamos cerrando el segundo año en la virtualidad del proceso educativo; nos hemos forjado en el sacrificio, pero recibimos el galardón de la fortaleza y, junto a la presencialidad del próximo año, la virtualidad será un elemento fundamental para lograr que el 2022 sea el año de nuestra consagración.

Le pregunté al P. Miguel sobre su colegio: -¿Hasta dónde quieres llegar? Y me contestó: -Hasta tocar el cielo. Miguel ya está allí.

“El clavo que sobresale, siempre recibe un martillazo”.

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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