Por los caminos del Señor
Hola… Suetonio es uno de los historiadores latinos cuyos relatos se han mantenido incólumes hasta el día de hoy. Cuenta que un día un soldado romano fue acusado injustamente de algo que no había hecho. La historia ha cambiado poco por lo que el soldado si bien en verdad era muy respetado y querido entre sus compañeros de armas, presentado ante los jueces en el foro para hacer el descargo de su verdad, poco o nada era el caso que le hacía.
En un momento dado del juicio, el soldado pidió que lo defendiera el César, ya que él había luchado bajo su dirección en numerosas batallas. Este escuchó el pedido del soldado y le dijo: Soldado, no puedo defenderte yo mismo pero enviaré a alguien en mi lugar.
El soldado puesto en pie delante del César, abrió su toga y expuso su pecho lleno de cicatrices: Cuando yo vi las espadas y las lanzas en dirección tuya, honorable César, no envié a nadie en mi lugar para defenderte, yo recibí las heridas.
Es un tiempo de resurrección y Jesús no envió a un subalterno para morir en la cruz por nosotros, Él aceptó la muerte para rescatar nuestras vidas. Y cuando dijo: Tomás, trae tu dedo y mételo en los clavos, trae tu mano y métela en la llaga de mi costado. No seas incrédulo sino creyente.
Estando en Getsemaní le dijo a Dios Padre: “Pero no se haga lo que yo deseo, sino que se cumpla tu voluntad”.
Podríamos pasar a reflexionar también sobre algo muy humano, que en este momento podría significar responder esta pregunta: ¿He sido agradecido con aquellas personas que a lo largo de mi vida no les ha importado sufrir por mí? ¿He sabido agradecer a las personas todos los sufrimientos y sacrificios que han sido capaces de soportar para darme a mí lo que hoy tengo y lo que hoy soy?
Esta noche, en la radio contaré la historia del carpintero, una historia muy significativa y probablemente cuente con tu valiosa audiencia.
Hablando de gratitudes, en la televisión española escuché a un anciano decir: Cómo cambian los tiempos, ahora a los ancianos nos mandan a los asilos y los jóvenes llevan sus mascotas a sus apartamentos para no estar solos.
“Cuida de tu cuerpo como si fueras a vivir por siempre. Cuida de tu alma como si fueras a morir mañana” San Agustín
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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