Por los caminos del Señor
Hola… En la historia de la humanidad hay personas que nos recuerdan el ayer, para no olvidarnos de lo que fueron nuestros antepasados. Este grupo no es muy numeroso, sin embargo, hay un pequeño problema: es que “la historia la suele escribir el ganador”. No obstante, amerita valorar a los historiadores. Hay otro grupo de personas quienes nos construyen el futuro, estos son hombres y mujeres creativos que desde el presente se proyectan hacia lo que sucederá dentro de veinte, cuarenta y a veces cientos de años.
Un ejemplo es Alexander Fleming que en el año 1928, creó la penicilina. Y no solo él, también podemos recordar al creador de la luz, de la radio, de la televisión…
Es cierto que no son muchos, pero son muy valiosos para la historia de la humanidad.
Te cuento esta historia: En un monasterio en medio de un bosque, vivía un grupo de monjes con su prior. Un día, varios monjes jóvenes corrieron donde el abad y le dijeron: Padre, un fuego devorador arrasó la mitad de la plantación de cedros. ¿Qué podemos hacer? A lo que el abad les contestó: Debemos replantar los cedros. Al oír esto, uno de los discípulos le dijo al abad: ¡Cedros! Si demoran más de mil años en crecer. A lo que el abad contestó: Tenemos que comenzar de inmediato, no hay ni un minuto que perder.
Qué grandes seríamos como sociedad, si fuéramos capaces de asumir, no digo todos pero sí la mayoría, esta filosofía de vida. Pensar en los demás y pensar en aquellos que en el futuro van a existir y que nos agradecerán, aunque no lo reconozcan, lo que hoy hicimos por ellos.
Entiendo que la sociedad moderna no va por ahí, “hago lo que me sirve en este instante y pienso que las generaciones futuras sabrán cómo solucionar su presente”. Yo no pienso así. Dejar un camino trazado para el futuro, dejar un legado para las generaciones que vendrán, ha de ser la mayor satisfacción de quienes hoy en el presente valoramos a nuestros antepasados y a quienes nos tuvieron presente.
Me recuerda mucho a un anciano que le pidió a sus nietos que lo ayudaran a construir un puente sobre el río y le dijeron “tú ya no lo necesitas” pero el abuelo contestó “pero vuestros hijos sí”.
“La gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de gente”.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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