Por los caminos del Señor

Hola… Estos días de verano en España, me levanto muy temprano, tomo el desayuno y comparto con la familia unos agradables momentos. A media mañana monto en bicicleta, por una carretera no muy ancha pero bien asfaltada, suelo recorrer los alrededores no solo de mi pueblo, sino también de la comarca del río Omaña. Este río nace a unos 50 km de mi pueblo en unas fuentes y en una región que se llama la Omaña, de tradiciones muy populares aquí, en la provincia de León. Este río se junta al río llamado Luna, unidos conforman el río Órbigo, cuyas aguas riegan toda la comarca y por ello la región es muy productiva.

En el trayecto, cruzo el río Omaña en cinco oportunidades. En una de ellas, al final del recorrido y antes de regresar a mi casa, siempre lo cruzaba por un puente de piedra, el cual este año lo encontré cerrado en ambos lados con una malla de alambre o fierro que impedía el paso de una orilla a la otra. Es un puente antiquísimo que a lo largo de los años fue remodelado en más de una oportunidad.

Mirando el puente, se acercó una persona de edad a quien le pregunté qué había sucedido, si toda la vida estuvo viable para el tránsito. Transcribo al pie de la letra lo que me contestó: “Lo que sucede es que los jóvenes que tienen la autoridad del pueblo, se creen que lo saben todo y no consultan y menos le hacen caso a los mayores”. Me quedé en silencio y me dijo: “El alcalde del pueblo ha dicho que no es transitable porque corren peligro las personas o los autos que pasen sobre él. Por eso fue cerrado. Yo ya hablé con él y le comenté que cuando era joven trabajé en una mina de carbón y mi misión era trabajar el socavón y apuntalarlo.

En esta región hasta hace unos años hubieron minas de carbón, y allí trabajé toda mi vida”. El hombre me explicó además que años atrás, un grupo de trabajadores de la mina del pueblo habían reforzado desde los pilares y cimientos el puente, de manera tal, que podían pasar camiones de gran tonelaje y no habría ningún problema. Más aún me dijo: “En cientos de años no se va a caer”.

Te seguiría contando, pero quedemos con esta frase: “A los que sabemos, no nos hacen caso”.

“La gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de gente”.

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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