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Por los caminos del Señor

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Fecha Publicación: 16/07/2022 - 22:00
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Hola… Hay un dicho popular que nos dice “En pueblo pequeño, escándalo grande”. Pareciera que esto tiene mucho de razón, sobre todo en la historia que voy a contarte.
En uno de estos pequeños pueblos del mundo, había un anciano muy sabio y muy prudente a quien la gente del pueblo e incluso de la comarca, solían ir a comentarle sobre sus problemas.

Sucedió algo que trastocó la paz del pueblo. Una de las jóvenes del pueblo, hija de un hombre muy poderoso, salió embarazada y no quería decir quién era el padre de su hijo. Cuando nació el niño, el papá de la chica le preguntó y la joven para no delatarlo, se le ocurrió decir que era el anciano sabio del pueblo. El padre fue a donde el sabio con la criatura en brazos, se la dejó a sus pies y le dijo: aquí está su hijo. El sabio lo recibió sin decirle nada, le daba de comer al niño y cuando no tenía, salía al pueblo a pedir comida, le cambiaba los pañales y lo curaba cuando enfermaba. El sabio no dijo nada, ni esta boca es mía, por lo que la gente estaba extrañadísima, pero no quedaba otra que creer que el anciano era el padre. No pasaron muchos meses y la esencia maternal de la mamá no le permitía vivir lejos de su hijo, por lo que un día se presentó donde el sabio y le dijo: Quiero decir la verdad, porque quiero llevarme a mi hijo. El sabio le respondió: Es su hijo, yo no se lo voy a retener. La mujer llegó a casa con el niño en brazos y dijo: El padre de mi hijo es “fulano de tal”, para que no le hicieras nada, te dije que era el sabio del pueblo.

Por supuesto que la gente comentaba este hecho y se hacían la pregunta: por qué el anciano recibió al niño sin ser el papá, lo sacaba adelante y hacía lo imposible para que no le faltara nada. Le preguntaron al anciano y contestó: Hay dos formas de vivir la vida, una es aceptar lo que te viene y luchar por sacarlo adelante, esa es mi manera de ver la vida. La otra forma y de repente la más usual, es renegar por todo, culpar a todo el mundo, pero a la larga vivir insatisfecho.

Leída esta historia, entiendo que a cada cual le corresponde sacar sus conclusiones.

“La gente inteligente habla de ideas, la gente común habla de cosas, la gente mediocre habla de gente”.

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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