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Por los caminos del señor

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Fecha Publicación: 23/09/2023 - 22:00
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Hola… Uno de los grandes escritores rusos cuyo legado para la humanidad ha sido muy importante, es León Tolstói. Yo siempre lo referenciaba con libros como: Guerra y Paz, Ana Karenina, Por qué viven los hombres y 40 libros más.

Sin embargo, encontré hace unos días un bello cuento muy reflexivo y para las épocas que estamos viviendo, estoy seguro que esta historia nos puede ayudar a muchos de nosotros. Te la voy a contar tal y como Tolstói nos la dejó: Un zar estaba muy enfermo y le dijo a sus asistentes: A quien me devuelva la salud, le daré la mitad de mis bienes. Todos los sabios del reino comenzaron a discutir cuál sería la solución para lo que estaba pidiendo el zar. Después de muchos días de discusiones acaloradas buscando la mejor solución, uno de los sabios dijo: busquemos a un hombre plenamente feliz y traigámosle al zar la camisa de este hombre feliz. Se lo contaron al zar y este dijo: Me parece muy bien, busquemos un hombre plenamente feliz, tráiganme su camisa y le pagaremos lo que nos pida. Inmediatamente se puso en marcha toda la logística del palacio y los hombres recorrieron el imperio del zar, para encontrarlo.

Encontraron a uno que era rico pero estaba enfermo, otro gozaba de muy buena salud pero era pobre. A otro que encontraron, vieron que era rico y tenía muy buena salud pero sus hijos y la esposa eran muy malos, por lo que a todos ellos y otros muchos más, se les encontró una razón para no ser plenamente felices, todos se quejaban de algo.

Un día, el hijo del zar paseando por las afueras de la ciudad, escuchó a una persona que decía “Gracias a Dios este día he podido trabajar muy bien, he comido lo que necesitaba, me han dado mucho cariño los míos y ahora me voy a la cama. Y dijo en voz alta, qué más puedo pedir”. El hijo del zar se alegró y ordenó que le quitasen la camisa, le dieran todo el dinero que quisiera y le llevasen la camisa a su padre. Los emisarios del zar entraron a la casa para ver al hombre feliz y quitarle su camisa, sin embargo, este hombre era tan pobre que ni siquiera tenía camisa.

Es posible que la sociedad de hoy nos atiborre de ideas, mediante las cuales pareciera que haciéndoles caso nos conducen a la felicidad. Sin embargo, después de toda una vida, uno llega a la conclusión que la felicidad está dentro de cada uno de nosotros, por aquello que somos, por los ideales que defendemos, por los principios que nos rigen, por los valores que practicamos…
“Sólo cuando te rompes, sabes de qué material estás hecho”.

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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