Por los caminos del Señor

Hola… En la presente semana viví dos momentos en los que se valoraba, en uno de ellos, la tradición histórica y, en el otro, la tradición religiosa. Acompáñame en esta historia: nos vamos al año 1111, a un pueblo cercano al mío llamado Villadangos, en la provincia de León, donde sucedió una batalla entre los ejércitos de la reina de León, llamada Doña Urraca, y los ejércitos del rey Alfonso de Aragón, quien era el esposo de Doña Urraca, pero que quería anexar el reino de León al reino de Aragón, algo a lo que la reina se oponía. En este marco histórico, durante tres días el pueblo de Villadangos recuerda aquella batalla que, si bien es cierto la reina Doña Urraca perdió y su marido, el rey Alfonso, ganó, una jugada política hizo que la reina le entregara el cetro real a su hijo, quien gobernó como rey de León.

Dicho esto, tuve la oportunidad de vivir durante uno de los tres días que se celebra este acontecimiento, cómo el pueblo se vuelca en esta conmemoración. Los lugareños se visten a la usanza de hace mil años, es decir, sus ropas, indumentarias, pertrechos y el material bélico de la época. El visitante, como yo, entra en el pueblo de Villadangos y se transporta al año 1111. Las personas mayores, los adultos hombres y mujeres, lo han vivido durante toda su vida porque esta historia se repite cada año en esta semana de agosto y se transfiere de generación en generación. Pero lo más positivo, si cabe, es que los niños aprenden su historia de la manera más didáctica posible: siendo ellos mismos los protagonistas. Algo que, dentro de unos años, cuando ellos sean abuelos, podrán transmitir a las generaciones del año 2100.

No es la primera vez que lo veo, pero sí la primera vez que te lo cuento. Si algo podemos aprender, bendito sea Dios.

El día jueves 15, la Iglesia Universal celebra la solemnidad de la Virgen María Asunta al Cielo, dogma proclamado por el Papa Pío XII. Toda España celebra esta fiesta de la Virgen, y este año fui invitado a la celebración litúrgica en la parroquia del pueblo de Llamas de la Rivera. A esta fiesta asisto desde que tengo uso de razón, y era la celebración que cerraba las “fiestas del verano”. Se mantienen las tradiciones de la procesión de la Virgen por las calles del pueblo, acompañados de músicos vestidos a la usanza de siglos atrás. Todo el pueblo acompaña a la Virgen, y al llegar a la iglesia parroquial se celebra la misa… Te seguiré contando.

“Cuando una madre se arrodilla en oraciones, un hijo se levanta”.

— San Agustín

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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