Por los caminos del Señor

Hola… En este primer domingo de diciembre, iniciamos un tiempo de preparación litúrgica que nos conduce a las fiestas más llenas de ternura y bendición: las fiestas navideñas.
La palabra Adviento podemos entenderla como: “el que va al encuentro del que viene”. En este camino, nosotros somos los que vamos, y quien viene a nuestro encuentro es Jesús. Por ello, prepararnos para la Navidad implica, como condición esencial, emprender un camino en la dirección correcta: hacia el encuentro con Jesús.
Sin embargo, a veces, en nuestra vida cotidiana, es fácil distraerse y perder de vista nuestro propósito. ¿Quién no ha ido a buscar algo a la cocina y, de repente, ha olvidado qué estaba buscando? Eso no está mal; puede ser preocupante, pero usualmente, al final, recordamos el motivo.
Prepararnos para la Navidad requiere una atención plena, porque la Navidad es Jesús. Jesús es Dios hecho hombre, quien asumió la condición más humilde de nuestra humanidad. No llegó al mundo con 10, 20 o 40 años, no nació con una vida hecha, sino que nació en el punto 0 de su recorrido hacia los 33 años. Nació y fue puesto en un pesebre de madera, y 33 años después, murió en una cruz de madera.
Sin embargo, desde esa cruz, resucitó y nos trajo la salvación. Este misterio nos invita a reconocer que, así como el Niño Jesús necesitó de nuestros cuidados y amor en su nacimiento, Él nos ofrece su protección y bendición a lo largo de nuestra vida.
Hace algunos años, viví esta experiencia, tras celebrar la misa en la Iglesia Católica que está pared con pared con la Iglesia Ortodoxa, con el grupo que me acompaña en el peregrinaje a Belén. Hay un lugar que conozco que no es usual que visite la gente, pero yo, al conocerlo, voy de frente a la Iglesia Ortodoxa y llego al lugar exacto donde nació el Niño Dios, y puedo estar ahí un tiempo bendecido y maravilloso. Más de una vez, he estado por más de una hora en una esquinita junto al pesebre de madera. Pero esa historia te la contaré en otro momento.
Quiero invitarte a participar en nuestra feria navideña en la Parroquia Nuestra Señora del Consuelo, todos los domingos de Adviento, de 8:00 a.m. a 10:00 p.m.
“Señor, tu pesebre es nuestro consuelo”
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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