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Por los caminos del Señor

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Fecha Publicación: 01/06/2024 - 20:00
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Hola… La semana pasada, el día que tuve la conversación con el Filósofo de la Encalada, sacó una nota de su bolsillo y la dejó sobre el escritorio de mi oficina. Le pedí permiso para publicarlo y me contestó que no era suyo, sin embargo, todo aquello que le pertenece a la sabiduría de una persona le pertenece a la humanidad, priorizando siempre que si se conoce al autor es de justicia indicarlo. El único dato que tengo es que me lo entregó mi amigo el Filósofo de la Encalada.

La historia es de un hombre que alcanzó un gran prestigio en su empresa, la cual le hizo priorizar realidades que posiblemente no eran lo más importante para el futuro de su vida, sin embargo, postergó a un segundo lugar lo más valioso en su vida, que era su familia. Este es el texto que me dejó mi amigo que transcribo al pie de la letra:
“Murió por estrés laboral, pero a los pocos días ya lo habían reemplazado, y aparentemente su jefe al paso de las semanas ya no lo extrañaba tanto, de igual manera, que sus compañeros de trabajo, la mayoría hasta se habían olvidado de su nombre.

Pasados algunos meses, en alguna conversación, sin decir el nombre, recordaban algún acierto de aquel gerente que había muerto. El camino lógico era pensar que fuese difuminado en el tiempo y en el olvido. Sin embargo, su familia a pesar del tiempo, e incluso los años que habían pasado tenían presente el dolor, el vacío, el llanto y la soledad, y por supuesto siempre había un motivo de lágrimas y de esperanza. En tu trabajo, y esto me lo dijo el Filósofo de la Encalada y lo que vas a leer no es despectivo, eres uno más, pero en tu hogar eres único. Por ello priorizar la familia es tan sabio como importante”

Es muy posible que más de uno, queridos lectores, al leer lo que está encomillado, un impulso te haya llevado a volver a leer este texto. Me agradaría enormemente saber que esa fue tu reacción, al tiempo que me seguirá alegrando mucho más, si cabe que al término de esta lectura, retomases por lo menos desde las comillas, la lectura del texto, pero leyéndolo mucho más despacio. No es esta una orden, ni siquiera un consejo, es simplemente una intuición, porque sé que en muchos momentos por tu mente ha pasado esta idea.
“En tu trabajo eres uno más, en tu hogar eres único”.

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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