Por los caminos del Señor

Hola… Al inicio de estas líneas, en este domingo tengo el honor de poder enviarle un abrazo desde lo más profundo del alma a todas las madres que hoy domingo o a lo largo de la semana, al leer estas líneas podáis recibir la bendición del cielo. No solo por el Día de la Madre que es hoy, sino por ser madres los 365 días del año y por supuesto durante toda la vida.

Hace unos días, los agustinos celebramos la fiesta patronal de Nuestra Señora de Gracia, advocación mariana que surge en la Orden de los agustinos prácticamente desde su creación. En la eucaristía se lee un texto de Lucas en el que nos narra una tarde en la ciudad de Nazareth, donde vivía una joven de no más de 15 años, que como toda joven judía oraba a Dios al atardecer, con la ilusión de sentir que el Cielo la premiara siendo la Madre del Mesías prometido al pueblo de Israel. Toda mujer judía tenía esa ilusión, de recibir esa misión en su vida.

Es fácil pensar que María, como mujer judía, anidara en su corazón la ilusión de ser un día la madre del Mesías. Sin embargo, no era el momento ya que apenas era una adolescente y estaba comprometida con un hombre con el que aún no vivía y conocía perfectamente la ley judía: “Quien cometiera adulterio, sería apedreada o lapidada que es lo mismo, hasta morir”. Es fácil concluir que si bien María deseaba ser la madre del Mesías, por su situación personal era imposible.

En el atardecer de aquel 25 de marzo en Nazareth, María recibe la visita del Arcángel San Gabriel, que le dice: “Eres la llena de gracia, eres la llena de Dios, por lo tanto Dios ha pensado en ti para que seas la madre de su Hijo”.
Los temores de María son relatados en este texto, sin embargo el Arcángel le reitera que para Dios no hay imposibles y María repite aquella frase: “Hágase en mí según Tú palabra”. Y concibió aquel 25 de marzo al Hijo de Dios.

Válido es este momento para señalar que la experiencia de maternidad en cada una de nuestras madres no ha estado exenta de momentos de duda y de temor. Sin embargo, al igual que María sintieron que unidas al “PODER DE DIOS” por más compleja y complicada que fuera su situación, aceptaron su maternidad.

¡Feliz día a las mamás!

“El hogar es donde está tu madre”

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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