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Por los caminos del Señor

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Fecha Publicación: 30/09/2023 - 20:40
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Hola… Hoy se inicia la tradición religiosa más connotada del Perú: el Señor de los Milagros. Cada uno de los días de este mes van a ser desde esta columna una oración y una eterna gratitud a nuestro Cristo Morado de Pachacamilla.

En otra ocasión te recordaré la historia de esta tradición tan arraigada en nuestro país. Sin embargo, este primer día del mes de octubre acompáñame en esta historia que sucedió hace muchos años en un lugar lejano de nuestro planeta. La Selva, una inmensa llanura, un verano muy seco y un león hambriento y sediento deambulando por esta desértica estepa. Se moría de sed, su organismo no le daba para más, sin embargo, por un milagro de la naturaleza divisó muy cerca de aquel lugar un riachuelo de agua cristalina.

Apenas podía caminar, extenuado en sus fuerzas pero necesitaba sobrevivir bebiendo agua. Llegó al riachuelo y al poner sus patitas en el agua, observó que en el fondo había otro león y pensó, yo estoy extenuado por el hambre y por la sed, es posible que el otro león me ataque y me mate, por lo tanto me voy. Dio media vuelta y siguió vagando por la estepa por un buen rato hasta que después de pensarlo bien, regresó al río. Igual que antes vio en el fondo del agua a otro león y el miedo no se le había ido, por lo que volvió a huir para salvarse. Ya no podía más y se dijo a sí mismo, si es necesario, pelearé con el otro león. Tomada la decisión, se acercó al río, metió sus patitas en el agua, metió su cabeza y comenzó a beber hasta saciar su sed. Por supuesto que el otro león era él mismo reflejado en el agua.

Muchas veces nos sucede en la vida, que nuestros miedos nos atenazan, nuestros prejuicios no nos dejan tomar decisiones acertadas, este es el momento de arriesgar, de tomar decisiones que solo le van a pertenecer a los valientes y eso es lo que Dios quiere de nosotros, hombres y mujeres firmes en nuestra fe en el Señor de los Milagros y al igual que los cursillistas, decir “Cristo y yo, mayoría aplastante”. La vida no es fácil ni difícil, lo importante es cómo cada uno de nosotros la podamos afrontar. No le temas a tus espejismos, acercarte a tu realidad y te darás cuenta que tú eres más fuerte que tus problemas.

“No le digas a Dios cuan grandes son tus problemas, más bien dile a tus problemas cuan grande es tu Dios".

Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!

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