Por los caminos del Señor
Hola… En esta mañana del Corpus Christi te saludo y bendigo en una de las fiestas litúrgicas que he vivido desde muy niño.
En mi pueblo había una sola escuela, donde los niños estábamos con el maestro y las niñas con la esposa del maestro, quien también era profesional.
En el mes de junio, que suele ser esta fiesta, es primavera y prácticamente todos los campos están florecidos, los árboles con el más bello verdor que uno puede imaginar y con ello la naturaleza nos regalaba para esta fiesta del Corpus los mejores motivos que ningún artista pudiese soñar para su celebración.
Litúrgicamente la estamos celebrando hoy domingo, pero durante muchos años, diría que toda la vida, se celebraba un jueves.
Hay una frase, o más que una frase, un dicho popular: “Tres jueves hay en el año que brillan más que el sol: Jueves Santo, Corpus Christi y el Jueves de la Ascensión”. Con ello te digo que esta fiesta del Corpus siendo yo niño, en mi pueblo la celebrábamos el día jueves.
El miércoles por la tarde, tanto los niños como la niñas de la escuela nos íbamos a los campos del pueblo para recoger flores, ramas de los árboles y algo que no he visto en Lima que se llama espadañas. Estas son unas plantas muy delgadas de color verde que crecen en el campo y que son fáciles de cortar. Las llevábamos al pueblo donde nuestros padres las extendían por las calles como alfombra y al día siguiente en la procesión, el sacerdote recorría estas calles debajo del palio llevando en la Custodia la Sagrada Hostia, consagrada en la misa.
Son recuerdos imborrables de mi niñez, los cuales quedaron grabados en mi mente y mi corazón y el mensaje fundamental era: Jesús está presente en cada Eucaristía y una vez al año recorre nuestros pueblos y se detiene ante nuestros hogares para bendecirnos. Por nuestra parte alabarlo y glorificarlo como solo a un Dios se le puede hacer.
Quiero contarte que este jueves celebramos con una gran solemnidad en el colegio del Consuelo, con todo el alumnado, la procesión del Corpus Christi. Este es el 44 año consecutivo que lo celebro y es algo maravilloso el recogimiento de los más pequeños y los jóvenes de la promoción saben perfectamente que lo que hacemos no es un ritual, porque en sus rostros puedes ver reflejada la devoción y el respeto a la presencia real de Cristo.
“Disfruta el aroma de tu hogar antes de abrir la puerta y salir a buscar los perfumes del mundo”.
Gracias por llegar hasta aquí. Hasta la próxima semana. ¡Que Dios nos bendiga!
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